Por Yasel Porto (tomado de su grupo DePorto team)
No paran las malas noticias para la pelota cubana. Antier fue otro receptor espirituano, y semanas antes representantes de otros territorios como el propio Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Santiago de Cuba y Pinar del Río. Esta vez tocó llorar a Mayabeque y aunque no fue a causa de la pandemia, es una muerte como quiera, y la misma duele a muchos más que familiares y amigos por tratarse de un ser tan especial en lo socio-deportivo.
A los 89 años de edad murió en su natal Melena del Sur Edelberto Arado García, el mayor de una familia beisbolera en la que cual sus hijos también jugaron un papel importante en el béisbol municipal y provincial.
Fue el manager histórico de la selección melenense de primera categoría y participó como entrenador en varias Series Nacionales con el Habana. Pero el “viejo” Arado no se limitó a esas funciones, porque también se hizo sentir como activista, anotador-codificador y un hombre vital para la creación del terreno de béisbol de la CPA Elio Miguel Valdés. Un estadio que si bien es real que tiene ese nombre oficial, todos lo han conocido hasta hoy como Edelberto Arado. Su huella allí desde sus primeros días y hasta su mayoría de edad son el por qué fundamental.
Según algunos amigos y familiares consultados, dedicó casi toda su vida al deporte con el béisbol de protagonista. Sus valores humanos le ganaron el respeto y cariño de un número infinito de personas que estuvieron a su alrededor.
Nació el 4 de enero de 1932, coincidiendo en día con su hijo Vannoy, manager de Mayabeque hasta hace muy poco, que al margen de algunas controversias con jugadores determinados, nadie puede dudar de haber convertido a los Huracanes de un equipo sotanero a uno bien competitivo. Todavía me acuerdo de aquel playoff de comodín frente a Industriales decidido en el estadio Latinoamericano con aquel batazo de Stayler Hernández, y me acuerdo entre otras cosas por aquel abrazo que le di al término de aquel juego para felicitarlo en un momento en el que la actitud de los ganadores no fue precisamente la mejor. Todavía hoy lo sigo diciendo pese a mis raíces capitalinas.
Su hijo Vannoy me recordó hoy con cariño algunos pasajes con su padre, como su simpatía por Matanzas. “Me decía que siempre le iría a Mayabeque mientras no jugara con Matanzas porque ahí si estaba embarcado”, fue solo una parte de un largo diálogo nocturno con quien fungiera por mucho tiempo en el cuerpo de dirección de los Vaqueros de La Habana. Ahí incluyo su presencia como coach en el certamen de 2008-09 donde los de Esteban Lombillo tocaron la gloria nacional por única vez.
Pero también hay que hablar de Edelberto Jr., que también se vinculó como entrenador de las selecciones del municipio y la provincia, primero como Habana y más tarde cuando nació Mayabeque como territorio oficial.
“El Chispa”, así era llamado el patriarca de la familia, se entregó también a la religión cristiana con una pasión similar al deporte. Quizá por eso y por la formación familiar es que sus virtudes opacaron casi por completo a sus errores y defectos como todo ser humano.
Adrián Morejon y Jorge Soler, peloteros melenenses con presencia en Grandes Ligas que conocieron a Arado Sr. junto con el destacado periodista deportivo de esa tierra Wilber Pastrana, fueron de las figuras conocidas del béisbol que se proyectaron de forma sentida por esta situación.
Sea por las razones que sean, no hay dudas que el 2021 ha sido un año todavía más nefasto que el anterior en cuanto a pérdidas de peloteros, así como entrenadores y periodistas vinculados al llamado deporte de las bolas y los strikes.
La cifra casi llega a la doble decena de víctimas fatales. Dios quiera que aunque nos quedan dos meses y medio de año no haya que lamentar muchas más pérdidas, en las que al menos la familia cuenta con el consuelo de recibir múltiples mensajes públicos y en privado sobre lo que representaron ellos en todos los sentidos. No devuelve vidas, pero al menos inyecta un poco de fuerzas en los dolientes mayores.
Para la familia de Edelberto Arado Sr. el deseo personal y de tantos más, no solo los que lo conocieron sino aquellos que como yo sabemos apreciar la grandeza de otros desde la distancia física. Con todo lo que se lee y se dice por todas partes es suficiente para sumarse no solo a las condolencias sino también al reconocimiento por su trascendencia. EPD por siempre.