Por Álex Fernández Fernández
Muchas, muchas veces en la Gran Carpa se escuchó decir: “cuando veas que la atrapa Manny Machado, para de correr”. Y todo porque aquel chico que llegó al Camden Yards en Baltimore hace una década, tenía un brazalete de los que abusaba de los corredores para ponerlos out en primera.
Su sagacidad para desplazarse, en especial hacia la mano no enguantada, más allá de la raya de fair, era brutal. Luego sacaba aquellos disparos a la inicial de escándalo.
Mucho ha llovido. Manny tiene 30 años pero es hoy mejor pelotero que aquel polémico de los Orioles que inició con 20.
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Su nueva casa de San Diego le ha visto en la consagración, aunque tras una semana de haber pasado sus tres décadas de vida y con otro más de sus Juegos de Estrellas, cantaba: «Es mi mejor momento, bebé. Soy joven. ¡Soy joven!».
Pero, citemos a un recién artículo publicado en ESPN, que da muestras por las claras de que Manny a sus 30 no está acabado ni mucho menos, aunque algunos ya le quieran ver como el viejo peleón de la iglesia de los Padres.
«El promedio de .306 que lleva a la serie de este fin de semana contra los Los Angeles Dodgers, que culminará en el Domingo de Grandes Ligas, es el más alto de su carrera. También lo es su porcentaje de embasamiento de .376 y OPS+ de 161. Debería alcanzar el umbral de los 30 jonrones por sexta vez en su carrera. Está cabeza con cabeza con Nolan Arenado, Mookie Betts y Freddie Freeman como las mayores amenazas para el premio de MVP de la Liga Nacional para el que Paul Goldschmidt es considerado favorito.”
Y no son datos menores. Ahora conjuga madurez con una vitalidad envidiable, además del respeto ganado más allá de sus detractores que cuestionaron los 300 millones que le ofrecieron en el Petco Park por el servicio de 10 temporadas.
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Encaminarse desde ya al club de los tres mil imparables (1568, en la actualidad el mejor de su generación desde 2012) y no lucir un anillo de Serie Mundial, aún contrasta. Sorprendió que no luchara por su meta deportiva soñada cuando dejó a Los Ángeles, sin embargo, no es desdeñable la idea de que también en San Diego podría tocar el cielo de la corona del béisbol en Estados Unidos.
Manny es un competidor tremendo, pero sobre todo sabe librar batallas emocionales por sus compatriotas. No olvidemos sus palabras sobre Tatis Jr., a causa de la reciente sanción por uso de sustancias prohibidas:
“Todos somos seres humanos y cometemos errores…apesta que (Tatis Jr) esté en una situación difícil”.
Se le quiso echar leña al fuego con algún que otro desentendido entre los dominicanos hace par de años, sin embargo, el “viejo Manny”, ahora demuestra cuán humano y profesional va en este negocio.
Lejos quedó aquel deslizamiento sobre Dustin Petroia y sus irrespetos ante cámara. Cuida cada acción como parte de un legado que bien podría llevarlo a Cooperstown. Es consciente, y no para de batallar en este 2021 por un puesto de comodín para llegar a los play off.
El propio artículo de ESPN aprovecha las palabras de su compañero Ha Seong- Kim, acerca de Manny.
«Casi todos los días, cada minuto, él está tratando de ayudarme y tratando de mejorar mi juego para jugar mejor». Sobran los comentarios.
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Su swing no ha menguado, su brazo sigue intacto. La temporada dice que .306 de average, 85 empujadas .910 de OPS, el mejor de los Padres con Josh Bell, Juan Soto, incluidos.
A la MLB le queda mucho Machado. El mismo que va como el primero y más capaz hacia la novena de R. Dominicana al Clásico Mundial de 2023, aunque nació en la Florida.
A la espera de su declive los detractores, pero el man oídos sordos, bate activo. Cuatro Juegos de las Estrellas, dos Guantes de Oro, e igual cantidad de Bates de Plata le catapultan. A sus 30 está en sus 15. Una eterna primavera floreciente. Típica del buen vino cuando se le da de beber a la constancia beisbolística.