Por Juan Páez
Los Marlins de Miami hicieron un buen papel en la temporada 2020 de las Grandes Ligas, quizás mucho mejor de lo que se esperaba a su alrededor. Dieron un gran paso en su proceso de reestructuración y ahora las aspiraciones son mayores, lógicamente. Aunque han dicho que se enfocarán en el bullpen para armarse para la campaña entrante, su nueva gerente general, Kim Ng, no cerró la puerta a añadir un bateador.
¿Será ese hombre un cubano? ¿Irán los Peces por uno de los antillanos desempleados hasta ahora? ¿Yasiel Puig, Yoenis Céspedes, Yasmany Tomás, otro…?
De los mencionados, el que ha estado vinculado con los Marlins es Puig. Durante la temporada muerta pasada, cuando el Caballo Salvaje se convirtió en agente libre, él mismo admitió que estos le ofrecieron un contrato, pero que la cifra puesta sobre la mesa no iba a la par con sus aspiraciones salariales. Según Yasiel, había que pagarle una mayor cantidad de dinero por ir a jugar a Miami.
Puig rechazó esa oferta y los Marlins firmaron por dos años a Corey Dickerson para llenar uno de los huecos en los jardines.
Ahora la situación es otra: el equipo dirigido por Don Mattingly mantiene a Dickerson y tiene varias opciones para los demás puestos del outfield, sobre todo entre sus peloteros jóvenes y promisorios. Pero nunca está de más alguien con experiencia, ¿no? ¿Por qué no volver a tocar la puerta con Puig? En este caso, creo que tendrá mucho valor lo que el patrullero derecho, que no juega desde 2019, demuestre con los Toros del Este en la presente temporada de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom).
Una incorporación de este calibre para Miami, tomando en cuenta la comunidad cubana que habita en esa ciudad, podría tener un gran impacto en cuanto a asistencia y a la vinculación con la fanatizada latina. Si ya en Los Ángeles se enamoraron de Puig, por ejemplo, en la citada ciudad no sería muy diferente.
Más improbable
Quizás pensar en Céspedes o Tomás pueda ser un poco más alejado de la realidad por la razón de que, de acuerdo con un reporte de The Athletic, la Major League Baseball envió un comunicado a los equipos para que operaran desde ya asumiendo que no habrá bateador designado en la Liga Nacional en la próxima campaña.
Y como sabrán, ambas figuras cubanas entran a la perfección en ese rol. Así fue que los Mets de Nueva York usaron a Céspedes cuando volvió en 2020 (aunque a este, de acuerdo con varias versiones, no le agradó la idea de no poder jugar a la defensiva), mientras que Tomás siempre ha sido cuestionado por sus casi nulas habilidades con el guante en la tercera base y el jardín izquierdo.
Sin embargo, la Potencia y el Tanque son más que todo, y al menos por ahora, apuestas que un equipo podría tomar por un costo muy bajo. A los Marlins les podría venir como anillo al dedo que, en caso de firmar a uno de esos antillanos, este responda y pueda ser cambiado por prospectos para darle mayor fuerza a su reestructuración.
¿Y por qué no?
Considerando el equipo actual de los Marlins, que no tienen un hombre con las características nuevas de Adeiny Hechavarría de poder cubrir varias posiciones, no es descabellado pensar que el solvente parador en corto pueda volver al equipo con el que pasó la mayor parte de su trayectoria hasta ahora (cinco años).
Además de su habilidad para cubrir también la segunda base y la tercera almohadilla, Hechavarría puede fácilmente servir como mentor para Jazz Chisholm, el prospecto que debería convertirse en el shortstop de Miami en el largo plazo. A fin de cuentas, es el guante lo que ha mantenido al isleño por nueve años en las Grandes Ligas.
Sea lo que sea que hagan los Marlins, que hasta ahora han estado calmados en la temporada muerta salvo algunas adiciones en cuanto a relevo, este podría ser el momento para sumar un cubano a su roster.