Por Andy Lans García
A base de coraje, ganaron los Cocodrilos de Matanzas el cuarto desafío de esta novela que muchos insisten en llamar final de la Serie Nacional. Un marcador de 5×3 ratificó el invicto de los matanceros como anfitriones en estos playoff.
Si bien los nervios aparecieron en este partido (5 errores defensivos para Matanzas, 2 para Camagüey), no puede negarse que también hubieron atrapadas espectaculares como la del torpedero Yorbis Borroto sobre una potente línea de Santoya, en el segundo inning.
Aunque los abridores, Frank Luis Medina y Yamichel Pérez, pasaron de las seis entradas, la solidez de Yamichel Pérez le consolidó como el mejor pitcher de la post-temporada, junto a Yosimar Cousín.
El zurdo yayabero permitió dos carreras en ocho capítulos y recibió 5 hits, sin embargo ponchó a cinco rivales y apenas concedió una base por bolas. Nuevamente su control en complicidad con su inteligencia le valieron el gane.
A la ofensiva, los yumurinos contaron con tres pilares. César Prieto, que no tenía hit en la final, conectó de 3-3 con jonrón decisivo para darle la ventaja a su equipo 3×2 en el séptimo acto.
“Anoche frente al espejo me tomé una pausa, reflexioné y las cosas salieron mejor” confesó César, quien además aseguró no poder olvidar el momento del cuadrangular. Sobre el pelotazo que le propinó Frank Madan, aseveró: “No pienso que sea intencional, a cualquiera se le escapa una bola.”
Otro destacado de Matanzas resultó ser Jefferson Delgado. El designado, bateó de 4-3 con una empujada. Luego le sustituyeron por Edel Tamayo al conectar su tercer imparable, para preservarlo.
“Cuando faltaban cinco juegos para terminar el año, presenté una ciatalgia, sentí una molestia en el último swing y no quisieron arriesgarme. Ya mañana vuelvo.” Aclaró Jefferson.
El jardinero central yumurino Eduardo Blanco, se soltó madero en mano. En tres turnos disparó dos dobletes con una anotada.
La estampida de los Toros en la parte alta del noveno, ante el veterano Yosvani Torres, no les bastó para pasar de tres anotaciones.
Al poner la final 3-1, Matanzas pone una mano sobre un trofeo que le ha sido esquivo durante 29 años. Parecería muy arriesgado regresar a Camagüey con un 3-2.
En la Atenas de Cuba muchos preparan los fuegos artificiales, pero será el diamante el encargado de la última sentencia.
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