Por Jesús Alain Fernández
Definitivamente no escampa en Los Ángeles Dodgers en materia de malas noticias. La última llegada está relacionada con el lanzador derecho Max Scherzer y su designación para abrir el crucial juego de vida o muerte de la próxima jornada.
Ha trascendido en los últimos minutos que el derecho, ganador de tres Premios Cy Young al mejor de lanzador de la temporada en la MLB, no estará apto para la apertura. Existía confianza por todos de que su brazo se recuperaría a tiempo, pero el temor de su representante Scott Boras se ha hecho una absoluta realidad.
«Adivinando que Scherzer llamó a Boras y dijo que no se sentía bien. Luego, Boras les dijo a los Dodgers que no iba a lanzar de nuevo mientras estaba al borde de un lucrativo contrato final. Te garantizo que eso es lo que pasó», expresó Joey Flyntz en su perfil de Twitter.
Max ha estado violando sus ciclos de descanso y recuperación en esta postemporada de forma sostenida. Las dos última con solo dos días de descanso. Incluso en el encuentro del 17 de octubre fue retirado cuando manifestó “tener el brazo muerto”.
Ahora los Dodgers tendrán que replantearse por segunda vez consecutiva el juego de eliminación sin contar con un lanzador abridor en condiciones para cumplir la faena. Walker Buehler fue el abridor del juego del martes 19, tendrá solo tres días de descanso el sábado y Julio Urías solo habrá cumplido dos jornadas completas de recuperación.
En fin, el calvario para la Gerencia de los Dodgers sigue creciendo en momentos en que también su bullpen sufre los embates de las lesiones. Recientemente trascendió que Justin Bruihl está también resentido y pudiera no estar en el roster para los juegos seis y el eventual siete de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Los errores siempre tienen un costo, algunos veces inmediato y otras, una semana después.