Por Raul del Pino
Si de algo podemos dar fe esta temporada, es que al boricua Javier Báez no lo quieren mucho en el sur de Chicago. O al menos no después de pegar un enorme cuadrangular este sábado y quedarse mirando cómo se iba la bola ante una enardecido Guaranteed Rate Field.
El “Mago” llegó al cajón en la parta alta del séptimo con hombres en primera y segunda. En su turno anterior había pegado indiscutible al right pero fue enfriado en la intermedia queriendo hacer tubey el batazo, por lo que ya venía con los ánimos caldeados.
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En conteo de dos bolas y un strike, el zurdo Jake Diekman lo retó con una recta alta a 96 millas por hora que el paracortos de Bayamón no perdonó y mandó con potencia hasta los 413 pies del graderío ubicado entre el jardín derecho y central.
La conexión de Javi salió disparada a 104.3 mph mientras él se quedaba contemplando la pelota alejarse con el bate todavía extendido para sacar de sus casillas a los miles aficionados de los White Sox que veían el marcador ponerse 7-2 a favor de Detroit.
La guinda del pastel de la celebración del hasta el año pasado jugador de Chicago Cubs llegó durante su recorrido por las bases, cuando se puso una mano en el oído para escuchar y provocar a los fanáticos que le lanzaban su “amor” desde las tribunas.
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Después de una temporada con un rendimiento ofensivo por debajo de lo esperado, Baez ha tenido su mejor mes con los Tigers en septiembre.
En este período, batea para .338, con tres home runs y 11 remolques, mientras en la campaña completa ostenta una línea ofensiva de .242/.282/.679, (AVE, OBP, SLU) con solo 15 jonrones y 61 impulsadas.
Sin más, los dejamos con el enorme jonronazo del Mago frente a los White Sox.