Uno de los camareros con mejores números en la historia de las Series Nacionales y también uno de los mejores bateadores en torneos domésticos y equipos Cuba en el presente siglo es, sin dudas, Héctor Olivera. Desgraciadamente también es conocido por ser uno de los peores negocios de la historia de las Grandes Ligas, donde lamentablemente no pudo brillar.
Su debut en Grandes Ligas se dio en el último mes de la temporada 2015; allí el santiaguero disputó 24 partidos, dejando línea ofensiva de .253/.310/.405/.715 (AVE/OBP/SLG/OPS), con dos bambinazos, 11 remolques, 20 imparables y cuatro anotadas; números, si bien no extraordinarios, tampoco decepcionante para un debutante, aunque en su caso, pesaba mucho el costo de su traspaso.
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Olivera firmó un contrato con los Dodgers de Los Ángeles en el mes de marzo de ese 2015, por 62.5 millones de dólares y seis años, 28 simplemente por poner su rúbrica en el papel, para luego, el 30 de julio del 2015, fue canjeado a los Bravos de Atlanta como parte de un intercambio que llevó, además, a Zachary Bird y Paco Rodriguez a Atlanta; mientras que movía a los Dodgers a Luis Avilan, Jim Johnson, Bronson Arroyo, Alex Wood y Jose Peraza.
El 2016 fue realmente decepcionante para el entonces jugador de 31 años, apenas participó en seis partidos, bateó de 19-4, con un doble como extrabase, dos empujadas, igual número de anotadas, un boleto y cinco ponches.
La temporada y su carrera en la MLB se vio trunca en ese propio año 2016, pues el 26 de mayo fue suspendido por 82 partidos tras una acusación de violencia doméstica. Esta suspensión le costó, además, perder un total de 1.792 millones de dólares en concepto de salario.
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Luego de su sanción fue canjeado a los Padres de San Diego por Matt Kemp, quienes se hicieron cargo del resto de su contrato y aunque nunca llegó a debutar con la franela de los Padres, ni en ninguna de sus sucursales de Ligas Menores, la organización tuvo que pagarle un total de 22 millones 420 mil 765 dólares, divididos en cinco años, entre 2016 y 2020.
En total, Olivera ingresó a sus cuentas 60 millones, 707 mil, 644 dólares, teniendo en cuenta lo perdido por su sanción, y apenas jugó 30 partidos en Grandes Ligas y 47 en Ligas Menores; sin dudas uno de los contratos más nefastos de toda la historia y que le costó pérdidas a tres grandes organizaciones de la MLB.