Por Pavel Ruíz
Alrededor de la una de la madruga de este jueves 1 de diciembre falleció de un paro cardiaco el camagüeyano Sergio Quesada, uno de los mejores segunda bases que ha pasado por las Series Nacionales de Cuba.
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Según publican en redes sociales varios usuarios y periodistas de Camagüey, la repentina muerte de Quesada ha conmocionado a jugadores y entrenadores de esa provincia, pues esa misma mañana trabajó en el estadio Cándido González.
Sergio es uno de los olvidados de la historia del béisbol cubano porque poco se habla de un hombre que marcó época como defensor del segundo cojín y segundo bate. Durante dos décadas en las que casi disputó dos mil juegos, conectó dos mil 25 imparables, anotó mil 14 carreras y disparó 284 dobletes. A la defensa pocos han alcanzado su maestría, brillante en las combinaciones de doble play (realizó 1 292), marca registrada junto a otro grande como Luis Ulacia.
Ni alcanzar varios lideratos durante su carrera le bastó para integrar los equipos Cuba, algo que con el paso de los años se recuerda como una de las mayores injusticias de la pelota nacional.
Después de su retiro integró los cuerpos de dirección de equipos provinciales y en el momento de su fallecimiento era el encargado de preparar a los jugadores de cuadro de los Toros de Camagüey.
El cuerpo de Quesada fue cremado por decisión familiar y su ánfora fue expuesta en la mañana de este jueves en el estadio Cándido González donde el pueblo, colegas de profesión y alumnos le rindieron honores. A la una de la tarde sus cenizas se esparcirán alrededor de la segunda base del coloso agramontino.