ENTREVISTA con Norge Luis: Camagüey, la MLB y volver a representar a Cuba

Kiara Gonzalez

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Muy poca atracción despertaron los Toros de Camagüey en la temporada 2012-13 del béisbol cubano. Por algo terminaron en la decimotercera posición de la tabla. Sin embargo, los aficionados de la Ciudad de los Tinajones conservaban un atisbo de esperanza de cara al futuro. A la palestra pública saltó el fulgurante relevo de Vicyohandri Odelín. Derecho, estable sobre las 90 mph, y con las tres C que caracterizaron a Viyo (coraje, corazón y coj…), Norge Luis Ruiz Loyola se ganó el respeto de ese exigente mánager que suele ser el público cubano.

Aquella Serie 52, Norge Ruiz ganó tres desafíos y perdió idéntica cifra durante la primera fase del campeonato con los Toros. No obstante, le batearon para .248. Sus condiciones llamaron la atención de los Gallos de Santi Spíritus, quienes lo solicitaron para la segunda fase. Al servicio del conjunto yayabero, Norgito triunfó en seis oportunidades y perdió solo una vez. Contuvo su promedio de limpias (PCL) en 1.50 a lo largo de 54.0 innings del segundo tramo. Ponchó a 31 rivales con WHIP de 1.07. Al término de la campaña, Ruiz recibió el Premio Novato del Año. Nadie necesitó un listado de Baseball America, ni una nota en el periódico Granma para darse cuenta de que el muchacho de 19 eneros era el mejor prospecto de la Isla, aunque no le bastó a los Gallos para clasificar a la final del playoff.

Norge Ruiz lanzó para Camagüey y reforzó a los Cachorros de Holguín en las Series 53 y 54. Terminó cuarto en PCL (1.97) la campaña regular del Clásico 52, séptimo la Serie Nacional 53 (2.48) y octavo en la Serie 54 (3.26). Lideró los abanicados de la Edición 53 (94), y quedó cuarto en la Versión 54 (85). Cuando salió del país en busca un sueño llamado Major League Baseball (MLB), Norge dejó 387.1 entradas de labor en Cuba, con 24 victorias, 18 derrotas, efectividad de 2.53, WHIP de 1.24 y average oponente de .239.

El 23 de diciembre de 2016, el segundo abridor del Seleccionado Cubano rubricó el segundo contrato más grande de los Oakland Athletics en aquel periodo de firmas internacionales. Firmó por dos millones de dólares para unirse a Las Menores, donde no ha pasado de Triple A. De por vida en Entrenamientos Primaverales con la franquicia atlética, Ruiz acumula 8.0 episodios de labor con PCL de 7.88, 10 estucados y ocho bases por bolas.

Los inicios.

─Empecé en el béisbol a los seis años de edad, en el mejor terreno para niños de Camagüey: El Palacio de los Pioneros. Mi padre Norge Ruiz, el entrenador Daniel Varona y Legón hijo me ayudaron mucho desde esa etapa hasta los juveniles.

El ídolo.

─Mi jugador de la infancia siempre fue Michel Enríquez. Jugué el cuadro en casi todas las categorías inferiores y hasta usé el número 12 en su honor. Tuve el placer de compartir con Michel en una gira por Colombia, magnífica persona.

Novato del Año en Cuba.

─Si el profe Yosvani Aragón no me pedía de refuerzo, no hubieran sido posibles esos resultados en la segunda fase. Recuerdo esa temporada como la mejor de mi carrera. Me convencí de que podía lograr grandes cosas en Cuba. A partir de entonces, me gané un puesto en el Equipo Nacional.

En el vestuario de los Toros.

─Aprendí mucho de Vicyohandri Odelín, un grande dentro y fuera de la lomita. Los consejos de Dayron Varona me sirvieron para superar varios obstáculos.

¿Viyo Odelín no te enseñó su famoso “garabato”?

─Él me ayudó con el cambio de velocidad, pero no me dio la clave de su garabato secreto (sonríe). Creo que Viyo lograba ese movimiento en la bola por la acción de su brazo y muñeca. Poseía una excelente mecánica para lanzar. Controlaba muy bien su cuerpo.

¿Por qué los Toros camagüeyanos no subieron a los planos estelares del béisbol cubano con esa gran plantilla?

─Considero que nos faltó creer en nosotros mismos. Esa confianza la tienen los muchachos de ahora. Estoy contento por ellos, coincidí con algunos en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE).

»También carecimos de suerte. En la pelota no basta con ser bueno, dependes de otros factores para alcanzar la victoria.

Cerca de Japón.

─Realicé dos pruebas en La Habana para tratar de firmar en la Liga Japonesa. Estuve cerca de los Gigantes de Yomiuri, pero parece que la Comisión Nacional no aceptó la oferta. Algo parecido sucedió a la hora de ir a México. En aquel momento, los peloteros no firmaban con la misma frecuencia de ahora.

¿En algún instante pensaste que la Serie Nacional te quedara chica?

─Tengo y tendré siempre un gran respeto por la Serie Nacional cubana. Para serte sincero, no me fui de Cuba porque me quedara pequeña la liga. Nunca lo pensé. Solo que, económicamente, no daba la cuenta. Ya vivía con mi esposa y nuestros planes serían imposibles de cumplir en Cuba.

¿Cómo valoras tus incursiones en la Serie del Caribe con los Azucareros de Villa Clara y Vegueros de Pinar del Río?

─Valoro de positivas mis dos participaciones en la Serie del Caribe. Con Villa Clara, abrí ante Venezuela. Lancé tres o cuatro innings. Me enredé y me sustituyeron.

»En Puerto Rico, me sentía más consolidado. Gracias al profe Alfonso Urquiola ayudé más al equipo. La mayoría de los aficionados no saben que asistí lesionado al evento. Yunito Gurriel me ponía hielo entre innings y el doctor Montesinos me inyectaba calmantes para el dolor, pero conseguimos el título gracias a Dios.

¿Qué le ha faltado a Norge Ruiz para debutar en MLB?

─Agradezco a Oakland por la oportunidad. He progresado mucho desde mi contratación. Pudiera contar muchas anécdotas, unas buenas, otras no tanto. Pero la gente no conoce que he lanzado lesionado del brazo durante años. Hace unos meses me operaron del codo. He aguantado por la fe de que un día aparezca la posibilidad de saltar a Grandes Ligas.

»Desgraciadamente, no he rendido en Triple A. Opino que en ocasiones no me han utilizado correctamente, pero a lo mejor no es más que una justificación que utilizo para quedar bien conmigo mismo. En buena forma física, registro entre 94-96 mph.

¿Cuánto te afectó la ausencia de Ligas Menores en 2020?

Si bien no soy un veterano, tampoco tengo 20 años. Y cada campaña que pasa significa una oportunidad perdida. Doy todo en los entrenamientos, como si fuera mi último chance. Todo por esa meta tan anhelada.

»Pasé por la LIDOM 2020-21, sin embargo, en mi segunda entrada de trabajo, mi codo no soportó más y decidí intervenirme quirúrgicamente en Estados Unidos. Un mes antes de ir a República Dominicana, contraje la covid-19.

¿Te planteas regresar a Cuba?

-Por ahora no me pasa por la cabeza la idea de regresar, no obstante, pienso en mis compañeros, las vivencias de allá y siento orgullo.

»Tengo la mayor disposición para representar a Cuba, pero creo que en comparación con los muchachos de Grandes Ligas no soy la opción indicada. De todos modos, estoy aquí por si me llaman.

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