Por Jesús Alaín Fernández
Ozzie Guillen forma parte de la historia de los Medias Blancas de Chicago. En 1985 debutó en la MLB con esta franquicia y permaneció en su disciplina por 15 largas temporadas patrullando las paradas cortas. Pero no fue entonces cuando el venezolano se hizo relevante para el equipo de Chicago en el joven circuito.
En 1917 los Medias Blancas habían ganado su última Serie Mundial del siglo XX. La sequía se antojaba larga en demasía y quien llegara a secar ese rio tendría la gratitud eterna de los fans de la ciudad de los vientos.
En el 2003 los Marlins de la Florida lograron conquistar su segunda Serie Mundial en una bien corta historia de vida. En primera base de destacaba un joven coach venezolano, al que los Medias Blancas contrataron para dirigir a su equipo durante el 2004.
Ozzie regresaba al campo que lo vió jugar por 15 años pero ahora la función era muy diferente. Un año pasó y la historia es mas que conocida. El venezolano se convirtió en el primer manager latino en ganar una Serie de Campeonato y en dirigir una Serie Mundial. Evidentemente también se convirtió en el primer mandamas del sur del Rio Bravo en ganar una edición del Clásico de Otoño.
Luego los Marlins, ESPN, los Tiburones venezolanos. Todo vínculado al béisbol.
Ozzie fue uno de los entrevistados para el puesto de Manager de los Padres de San Diego. Este es un proyecto llamativo que cualquiera quisiera tener bajo su mando.
Hoy luego de hacerse público el nombramiento de Bob Melvin para el codiciado puesto Ozzie enseguida reaccionó en las redes sociales.
“Fue un honor entrevistarme y hablar de béisbol. Gran experiencia. Primera entrevista en 9 años, fue genial ser considerado seriamente.”
Sobre su plan a futuro inmediato no fue ni corto ni perezoso.
“Tengo una ventana grande con muchos amigos dirigiendo a los 70. Queda mucho en el tanque. El plan de Dios siempre es perfecto.”