AL BATE CON MODESTO Padres e hijos en Series Nacionales de Béisbol

Por Modesto Agüero

   En las Series Nacionales cubanas, hemos tenido varias parejas de padres e hijos, incluso nietos. Hijos que han igualado o  superado las hazañas de sus padres.

   Hoy les traemos algunos ejemplos de padres e hijos muy destacados en el béisbol cubano.

   Entre los que más llaman la atención se encuentran Omar y Fidel Linares, ambos fueron los primeros (como padre e hijo) en conectar más de 100 hits en una Serie Nacional.

   Omar conectó 115 imparables en el Campeonato 1984-85 con el equipo Vegueros, en tanto su Papá Fidel había bateado 102 indiscutibles en la Serie 1968-69. Luego vino Juan Carlos el otro hijo de Fidel, quién pegó 113 hits en el Campeonato 1997-98 y 108 en 2000-2001.

   A los Linares se unió el binomio padre e hijo de Amado y Andy Zamora. En 2003-2004 Andy bateó 110 hits para unirse a su papá que en la Serie 1985-86 había conectado 115.

   Debemos destacar que Amado y Andy Zamora constituyen la única pareja de padre e hijo, que han conquistado títulos de bateo en Campeonatos Nacionales. Amado, líder de los bateadores en tres Series Selectivas, 1985 con 361 de average, 1986 con 392 y 1989 con 413; pero además, fue campeón de bateo en las Series Nacionales 1981 con 394 de promedio y 1995 con 395. Su hijo Andy fue líder de los bateadores en la Primera Super Liga en 2002 con 391 de promedio.

   También están los Gurriel,  Lourdes (padre) y Yulieski (hijo), quienes fueron Campeones Olímpicos y el hijo superó al padre en jonrones (282 por 247), en impulsadas (1135 por 1077) average ofensivo (337 por 323) y solo Lourdes supera a Yuliesky en hits conectados con 321 más, pero con mil 53 veces al bate más.

La familia Gurriel, además sumó el orgullo de tener al Yuli con sus dos hermanos (Lourdes Jr. y Yunieski) en en Equipo Cuba, mientras que el más joven (Lourdito) pinta como una de las próximas estrella de la isla en la MLB.

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   En un duelo entre padre e hijo jonroneros, Pedro José Rodríguez Jiménez, Cheíto, implantó una marca de más jonrones para un novato en una Serie Nacional con 11 en 1974. Su hijo de igual nombre, disparó 15 cuadrangulares en la Serie 2001 para romper por cuatro el récord de su progenitor de más jonrones para un novato en una Serie Nacional, establecida 27 años atrás. Debo aclarar que el Campeonato de 1974 contó con 12 juegos menos.

   Curioso es también que ambos fueron distinguidos novatos del año en esas Series, Cheíto padre en 1974 y Cheíto hijo en 2001.

   Un empate entre padre e hijo se produjo en lechadas propinadas, cuando Eliecer Montes de Oca (hijo) igualó con su padre Aniceto, en cantidad de lechadas con 22 en Series Nacionales.

   De los padres e hijos que han jugado en Series Nacionales, solamente uno de estos binomios, ha alineado en un juego. Me refiero a Rafael Orlando Acebey y su hijo Orlando, quienes integraron la misma alineación en el juego entre Villa Clara e Industriales en la edición 43 de la Serie Nacional, el 23 de noviembre del 2003.

   Otra pareja, ambos lanzadores fue la de Francisco y Odrisamer Despaigne, con números bastante parecidos. Papá Francisco lanzó en 11 Series, con promedio de limpias de 3.70 y un average de los contrarios de 262, mientras que Odrisamer, lanzó para 3.60 PCL y le batearon para 261; sin embargo, en lo que supera el hijo a su papá es en el promedio de victorias por serie, con ocho Odrisamer y cuatro Papá Francisco.

   En el caso de Luis Giraldo Casanova y su hijo Erlys, “El señor pelotero” le puso la varilla muy alta a su hijo lanzador.

   No solamente tenemos padres e hijos, en las Series Nacionales, también han llegado los nietos. En la Serie 2004-2005 debutó como pitcher el primer nieto con el equipo de la Isla de la Juventud, Israel Soto, hijo de Roberto Soto, también lanzador y nieto de Cecilio Soto quién igualmente fue pitcher y trabajó con Industriales y Occidentales desde 1963 a 1967.

   El nieto, Israel en cuatro series ganó 14 juegos y trabajó para 5.83 promedio de carreras limpias, el padre Roberto, intervino en siete series con 51 victorias y un promedio de carreras limpias de 3.30, mientras que el abuelo Cecilio lanzó durante tres series con cinco victorias, con muy buen promedio de 2.20 carreras limpias y le batearon solo para 211. En resumen el padre y el abuelo fueron mejores que el nieto; claro en diferentes épocas.

   El otro trío de abuelo, padre y nieto no fue de lanzadores, sino de receptores. Me refiero a los Correa. El abuelo Erol Correa desde 1968, participó en diez Series Nacionales con average de 207 y solo doce cuadrangulares con Orientales.

   Su hijo Iván fue líder jonronero en la Serie del 2000 y jugó en 16 temporadas con average de 245 y 118 cuadrangulares, mientras que el nieto Lisbán, tiene 10 Series jugadas con 285 de average, 79 cuadrangulares y 372 carreras impulsadas. Aquí sin dudas el nieto ha sido mejor.

Otra pareja de padre e hijo, donde el primero fue muy superior es la de Víctor Mesa y Víctor Víctor. Segun el sitio oficial del béisbol cubano, el Show Mesa jugó mucho más que su primogénito, 19 Series por solo seis Víctor Víctor, pero sus promedios son muy superiores por temporada. Víctor padre promedió 62 carreras impulsadas, con casi 15 cuadrangulares por Serie con average de 318 y un OBP de 383; mientras, su hijo tuvo 21 carreras impulsadas y solo tres cuadrangulares en sus 4 temporadas, con un average de 247 y un OBP de 305.

   Como ven no siempre los más jóvenes tienen mejores números que sus antecesores, aunque nuestro principal objetivo no ha sido comparar la calidad de las distintas generaciones, sino comentarles los aspectos interesantes entre padres, hijos e incluso nietos en las Series Nacionales.

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