Como están de moda en estos tiempos de confinamiento las comparaciones entre peloteros y los listados de los mejores de todos los tiempos en diferentes acápites o posiciones, Swingcompleto les trae hoy uno de ellos teniendo en cuenta el desempeño defensivo, o más bien el impacto que tuvieron estos atletas de Series Nacionales en la fanaticada a la hora de recibir y lanzar pelotas en el campo de juego.
No se trata de guantes de oro. No es una comparación estadística de jugadores para seleccionar los más defensivos que han pasado por nuestras Series Nacionales. La selección de hoy juega con la huella, con esa impronta que se queda en nosotros los aficionados después de ver jugadas espectaculares, atrapadas increíbles, o acciones que casi parecen imposibles de realizar con las herramientas humanas que disponemos.
RECEPTOR: Juan Castro (El increíble)
Nunca vi atrapar pelotas detrás del plato con tanta elegancia, girar las muñecas como lo hace un director de orquesta en plena escena y “mascotear” al antojo todo lanzamiento que viene del box, muchas veces sin un acuerdo previo con el lanzador.
Jamás vi tanto alarde de técnica en un enmascarado ni tantas esféricas rompiendo en la arcilla que fueran directo a una mascota, tanta maestría a la hora de engatusar elevados de foul ni tanta magia detrás de unos arreos.
PRIMERA BASE: Agustín Lescaille (El hombre elástico)
De “goma” parecía este guantanamero cuando se estiraba como un chicle en la primera almohadilla generando aplausos en los graderíos. Nunca sabremos cuantos outs de más logró gracias a esta habilidad, pero terminar su carrera con el récord de más participaciones en dobles jugadas es un buen indicativo de esto.
Hermético con el guante, llevó de la mano la espectacularidad con sus números defensivos, reconocido por muchos como el mejor guardián de su posición en todos estos años de campeonatos domésticos.
SEGUNDA BASE: Juan Padilla (La maravilla)
Una clásica “aspiradora humana” alrededor del segundo cojín. Creativo, teatral, maravilloso. Padilla es el rey de las combinaciones espectaculares que desembocaban en dobles matanzas.
Gran fildeador hacia todas direcciones y con un sexto sentido para posicionarse en el campo, levantó en innumerables ocasiones de sus asientos a Industrialistas y contrarios con sus jugadas impredecibles y sus pivoteos precisos para convertirse en toda una leyenda del béisbol cubano y sus Series Nacionales.
TERCERA BASE: Rafael Orlando Acebey (La muralla)
Famoso por su férrea defensa, hizo de su labor de contención en la esquina caliente todo un arte. De saltos felinos y reacciones sobrehumanas, fue todo un “animal” agresivo custodiando la raya de cal y toda la zona del campo alrededor de la tercera almohadilla.
Su triple play sin asistencia, único en la historia de nuestras Series Nacionales, le hubiera garantizado un lugar para siempre en la memoria de todos, pero el mito de este villaclareño va más allá y lo construyó con el guante en la mano bajo cualquier circunstancia de juego.
TORPEDERO: Germán Mesa (El mago)
Quizás el más espectacular de este listado. Pura magia en un espacio reducido entre segunda y tercera lo que hacía este capitalino de pura cepa.
Ágil, veloz, de manos prodigiosas y dueño de una habilidad increíble para llegarle a pelotas lejanas y sacarlas del guante con un movimiento que apenas se podía captar con el lente de una cámara, parecía llegado desde otra dimensión para mostrarnos cosas que creíamos imposibles.
Tirar a las bases sin mirar, crear una historia sobre la arcilla con cada roletazo y desplazarse hacia delante casi levitando sobre el césped; hacen de este ser casi mitológico otra de las leyendas beisboleras de nuestro pasatiempo favorito.
JARDIN DERECHO: Luis Giraldo Casanova (Míster Perfecto)
“El señor pelotero” todo lo hacía bien en un terreno de pelota. Nadie patrullando ese territorio pudo ser más perfecto. Ubicación exacta a golpe de instinto u observación del contrario, manos seguras, tiro preciso y con potencia; son apenas algunos de los aciertos visibles que este “monstruo” pinareño regalaba a los simples mortales que colmaban los graderíos.
Técnico y elegante, bendecido con dotes naturales, hacía fácil las jugadas complejas y en sus años mozos de Series Nacionales era capaz de defender con efectividad cualquiera de las otras posiciones al campo, incluyendo la receptoría.
JARDIN IZQUIERDO: Armando Capiró (El elegante)
Dueño de una posición reservada para defensores de poca categoría, este capitalino patrulló el jardín izquierdo con dignidad durante todo su paso por Series Nacionales.
Su potente brazo fue caldo de cultivo para el nacimiento de leyendas urbanas, convirtiéndose en un espectáculo para los aficionados verlo tirar a las bases por su fuerza y precisión.
Comparado en su tiempo con figuras famosas de las Ligas Mayores por estas características, era trasladado en ocasiones hasta el jardín derecho cuando era necesario evitar el avance de un corredor importante desde la primera almohadilla.
JARDIN CENTRAL: Víctor Mesa (El showman)
Todo un espectáculo él solo. Pasarán muchos años antes de ver a un pelotero en Cuba y sus Series Nacionales que reúna todas las características que este villaclareño poseía para desempeñarse en este deporte.
Agresivo, abarcador, destilando pasión en la pradera central durante varias temporadas; atraía multitudes con su manera poco convencional y casi loca para jugar al béisbol.
Grandes atrapadas encaramado en la barda o cayendo más allá de los límites del terreno, son imágenes que se quedarán perpetuadas en la memoria de los aficionados que tuvieron el privilegio de verlo en acción.
Inteligente, siempre activo, movido gracias a combustibles aun no descubiertos en estas tierras; no tiene comparación en su territorio por su espectacularidad y su alcance mediático, que sin dudas trascenderán a su existencia.