Julita Osendi ARREMETIÓ contra el gobierno: «Quiere que no comamos, perdí la vida creyendo en esta falacia»

La destacada periodista cubana Julita Osendi publicó en su perfil de Facebook un duro mensaje en el cual transmite su decepción por haber pasado tantos años en Cuba confiando en los dirigentes de la nación. Justo en una fecha tan significativa para la isla como el 1er de mayo, Osendi externalizó su sentir sobre la […]

Recordemos, además, que hace pocos días la reconocida periodista fue robada en La Habana y también externalizó su sentir, criticando duramente a las autoridades

A continuación, reproducimos las palabras de Osendi en la mencionada red social:

Saludos amigos. Me acabo de despertar porque dormir quizás es la mejor manera de alejarse de esta realidad que abruma, que aturde, que enfurece.

Hace 46 años estaba yo con los dolores de parto de Javier, mi hijo mayor. No se podía llegar al hospital SAGRADO CORAZÓN porque todos los caminos estaban cerrados por la multitud que vanagloriaba a la revolución en el desfile del primero de mayo. No fue hasta la tarde que mi papá y yo llegamos al cuerpo de guardia para que en las primeras horas del día dos viniera a este mundo mi precioso bebé.

Pero bueno, no es de Javier precisamente de lo que quería comentarles. Es del primero de mayo, ejemplo fiel de lo destruido que está mi país. El primero de mayo era una fecha sinónimo de alegría, de vida, de prosperidad. En las buenas y las malas, los cubanos desfilaban y siempre existió la esperanza de un futuro mejor. Se luchaba por un futuro mejor. Se confiaba en un futuro mejor.

AMIGOS MÍOS… la esperanza era verde y se la comió un chivo. Hasta el triste pollo que apenas alcanzaba, estirándolo, para dos comidas, nos lo quitaron. Del famoso «paquete» que nos venden, bien caro por cierto, ya nos quitaron una botella de aceite de las dos iniciales. Lo mismo con el paquete de perritos. En la carnicería, por la canasta básica, solo venderán los poquitos huevos que no alcanzan para una semana y ¿ picadillo? Y mortadela INCOMIBLES, asquerosos, que ni mi gata quiere comer. Se ha ido, al menos, un cuarto de millón de cubanos. Dónde están sus alimentos?

Hace tres días me encontraba en un hospital ortopédico que no voy a mencionar y había un señor más menos de mi edad, llorandoooooo. Le hicieron una placa y escucho a una enfermera gritar por el pasillo: ¡ caballero! ¿ alguien tiene un poco de yeso guardado? El señor llorando del dolor y NO Había yeso. ¿ Qué primero de mayo vamos a celebrar?

Los precios en las famosas VIPIMI o BIPIMI que no sé a ciencia cierta qué significan ni cómo se escribe su sigla, son otra falta de respeto más: aceite a mil pesos, papel sanitario ( yo no sé qué es eso ya) 550, lecheeeeee ,1500. ¿Qué persona jubilada como yo puede acceder a NADA?

SENCILLO: este gobierno lo que quiere es que no comamos; sin embargo, ellos cada día están más gordos, sonrosados, Sus botones revientan. ¿Hasta las cuántas?

Una madre iba con su niña chiquita por mi calle el otro día, hablando sola. Llegaba tarde y se decía: » que me digan algo si quieren. La niña no lleva ni merienda. Tenemos que venir a pie porque la guagua no pasó. A la mie*** todo» No hay una persona que yo me encuentre, salvo pocas hipócritas o estúpidas, que no hable lo mismo. Entonces. ¿vamos a festejar qué?

De los tradicionales cuentos infantiles que tanto amo hay uno que puede abarcar a todo este desgobierno . Por supuesto que saben que me refiero a Pinocho. Claro, en un nueva versión porque en ésta la nariz, ha seguido y seguirá creciendo en medio de apagones, ausencia de gasolina, sin alimentos y sin medicamentos.

¿El primero de mayo? ¡ Por favor! Y todavía sale por la tele un reportaje en el cual un dirigente daba a conocer como un logro que se iba a repartir UNA botella de aceite cada cuatrooooooo meses ¿ habrase visto una burla mayor? Cuba es una isla y no hay pescado, camarón, langosta. Ve a las casas de los señores gruesos y seguro los encontrarás.

¿Saben? Estoy cansada y triste, mucho, de haberme equivocado tanto. Y lo más triste es haber perdido la vida creyendo en esta falacia maquiavélica y atroz.

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