Por Alexander García
La historia moderna de Matanzas en el béisbol cubano empieza allá por la temporada 2011-2012 cuando entró Víctor Mesa a dirigir y reformó casi veinte años de melancolía irrefrenable en la afición yumurina en una dulce esperanza que ya en la Serie 59 se pudo concretar con un campeonato.
Hablamos de algo real, verídico diría, pues de la noche a la mañana, los Cocodrilos emergieron como uno de los equipos contendientes en la pelota de la Isla.
En este contexto trasciende una de las rivalidades emergentes en los clásicos nacionales, Pinar del Rio y Matanzas. De hecho, ya en estos nueve años que transcurren desde que Mesa se “santiguara” frente al Victoria de Girón, los dos elencos han chocado incluso en una final, ganada por los Vegueros.
Años después, pero en semifinales, se vieron las caras estos contendientes, no obstante, la ansiada venganza para los matanceros no pudo llegar, pues Yosvani Alarcón la mando a volar de jonrón ante los envíos de Alexander Rodríguez para decidir el séptimo juego.
En los mejores momentos de Matanzas, cuando más potente se ha visto como equipo y llega la hora de jugar con Pinar, las aguas toman su nivel y los pativerdes claman por su autoridad, siempre ha sido así, incluso en las ocasiones que los de la Atenas han dominado en la etapa clasificatoria, después los pinareños se han reivindicado en postemporada, como en los casos que ya comentamos.
Para este Serie 60, el aliciente del título de los Cocodrilos le daba un sabor particular a la subserie ante los de Vueltabajo; más cuando estos últimos estaban necesitados de al menos par de victorias en pos de subir puestos en la tabla de posiciones.
Y las cosas no podían ser diferentes, pues quizás el mejor cotejo de esta temporada fue este entre Matanzas y Pinar, pues fueron tres desafíos bien cerrados, con total dominio del pitcheo.
Una vez más la historia, la clase, la tradición, los hechos sentaron la pauta y los pinareños ganaron en par de oportunidades, contando incluso con un excelente trabajo combinado de Vladimir Baños y Frank Luis Medina, dos de sus lanzadores establecidos.
En lo personal estuve más atento a estos juegos que a los televisados por Tele Rebelde y sin dudas valió la pena pues en una temporada marcada por el bateo, poder tener una subserie sostenida por tres duelos de pitcheo, fue un lujo.
El tema está en que los focos mediáticos siguen siendo los mismos de siempre, Industriales, Industriales, luego Camagüey con Borroto, después Industriales otra vez; en fin que no acaba y miren la rivalidad entre Cocodrilos y Vegueros está ahí; otra vez le dio un toque diferente a la Serie.
Nos vemos a la vuelta.