PLATA OLÍMPICA: Idalys Ortiz aumenta su leyenda y supera a Driulis González

Por Robiel Vega Hay deportistas tocados por la gloria, elegidos capaces de lograr, una y otra vez, actuaciones que nos hacen vibrar. Existen atletas capaces de mantenerse durante muchos años en lo más alto de la élite mundial, son pocos, muy pocos, los que logran subir, al menos una vez, a un podio olímpico, ni […]

Por Robiel Vega

Hay deportistas tocados por la gloria, elegidos capaces de lograr, una y otra vez, actuaciones que nos hacen vibrar. Existen atletas capaces de mantenerse durante muchos años en lo más alto de la élite mundial, son pocos, muy pocos, los que logran subir, al menos una vez, a un podio olímpico, ni qué decir aquellos que lo han conseguido en 4 ocasiones; en el caso de Cuba,  es un muy selecto club que contaba con apenas 4 miembros y al que Idalys Ortiz, ingresó, en la jornada de hoy, 30 de julio, por la puerta grande.

Los 4 elegidos anteriores fueron: Ramón Font, único tetracampeón olímpico cubano, hazaña que pudiera igualar nuestro gran Mijaín López. Font logró 4 medallas de oro y una de plata, siendo, además, el único cubano con 5 preseas olímpicas.

La segunda en lograr el hito fue la voleibolista Ana Ibis Fernández, miembro de las “Espectaculares Morenas del Caribe” y única integrante de este legendario equipo que, además de los títulos en Barcelona, Atlanta y Sydney, también obtuvo el bronce en Atenas 2004.

En esas propias olimpiadas, Driulis logró similar proeza y finalmente, el lanzador pinareño Pedro Luis Lazo, quien participó ininterrumpidamente en las olimpiadas de 1996, 2000, 2004 y 2008, y accedió, en cada una de ellas, a la final olímpica, con par de éxitos e igual número de fracasos.

En su primer combate, Idalys venció a la tunecina Rochele  Nunes por Waza-ari con técnica de hombro (Seoi-nage) en tiempo de oro, en un combate donde ambas fueron penalizadas en par de ocasiones y que duró un total de 5 minutos con 57 segundos.

En el segundo combate se vio mucho mejor a la cubana, esta vez ante la china Shiyan XU, a quien venció por ippon en apenas 2 minutos y 25 segundos.  Idalys tomó ventaja rápidamente por un Waza-Ari a los 56 segundos con una técnica de cadera (Tsuri-goshi) para luego, con una técnica de caída de hombro (Seoi-otoshi) marcar el Waza-ari awasete-ippon que puso fin a las acciones y le dio el pase a semifinales.

La semifinal fue sencillamente brillante, la estrategia de la cubana fue perfecta, con una defensa férrea que no le permitió a su rival, la francesa Romane Dicko, doble campeona europea, de 21 años y quien había derrotado a Idalys en el World Master de Doha, en este año, desarrollar un combate cómodo.

La multi campeona cubana llevó siempre la iniciativa y tras varios intentos de ataque logró completar una técnica de proyección lateral (Yoko guruma), con la que arriesgó muchísimo pero que le dio el Waza-ari que le valió el pase a la final y con ello, el convertirse en la judoca cubana más ganadora de todos los tiempos, superando a Driulis González.

La legendaria Driulis, alcanzó 4 medallas olímpicas, una de oro, otra de plata y par de metales bronceados; hasta ese punto, Idalys ya había asegurado su segunda medalla de plata, lo que, unido a su título en Londres 2012 y su bronce en Beijing 2008, le daban una mayor calidad en las medallas alcanzadas, siendo ambas, las únicas judocas cubanas con 4 preseas olímpicas.

Para la final, su rival sería la japonesa Akira Sone, en lo que fue la reedición de la final del campeonato mundial de 2019, celebrado precisamente en Tokio y en el que la local se alzó con el título del orbe, su mayor éxito hasta el momento. Un año antes había alcanzado la medalla de oro en los juegos asiáticos celebrados en Yakarta, Indonesia.

El combate final fue sumamente reñido, extendiéndose por más de 9 minutos y el cual fue definido por 3 shidos a 1, los dos primeros para Idalys por pasividad y el último por falso ataque. A pesar de lo reñido del combate, la japonesa fue la justa ganadora, llevando la iniciativa en el ataque en la mayoría de los momentos del match, sobre todo cuando el reloj acumulaba minutos y la preparación física se convertía en factor fundamental; allí, la juventud de la asiática, apenas 21 años, jugó a su favor.

Aun así, la cubana es historia viva y con sólo 31 años ya es una leyenda en activo del judo y el deporte cubano y obtiene así, la segunda medalla para Cuba, en unos juegos olímpicos donde las preseas se han tornado un objetivo inalcanzable para la gran mayoría de los miembros de la delegación, incluyendo varios favoritos a obtenerlas.

Idalys, una vez más, saca la cara por el equipo de judo y se convierte en la única medallista de ese deporte en las dos últimas olimpiadas, además, es la única campeona olímpica desde que en Sidney 2000, Legna Verdecia y Sibelis Veranes se alzaron con la corona y ojo, todos estos datos aplican al deporte en general, no sólo a la rama femenina.

Idalys Ortiz no defrauda a su gente y deja, a pesar de la derrota en la final, un sabor dulce en los labios, mostrando siempre mucha vergüenza y maestría deportiva, incluso, cuando se decretó el triunfo de la japonesa, supo abrazarla y felicitarla como una leyenda acoge en sus brazos al relevo generacional.

Hemos sido dichosos los que disfrutamos de la era de Idalys Ortiz, cabe ahora qué pasará con el judo cubano, ahora que el inexorable almanaque comienza a hacer su función sobre la legendaria atleta. Felicidades campeona, el pueblo cubano reconoce tu grandeza y te agradece por tantos años de alegrías y victorias. Es todo por ahora, ya nos veremos en este camino olímpico.

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