Por Juan Páez
Aroldis Chapman es uno de los mejores cerradores del béisbol. En una carrera ilustre de 12 temporadas, el zurdo cubano tiene 306 salvados en su cuenta y una efectividad vitalicia de 2.36. Luego de varias soluciones provisionales por los Yankees de Nueva York para el noveno episodio, se convirtió en el sucesor real del inmortal Mariano Rivera en el rol de apagafuegos por los neoyorquinos.
Incluso así, cuando el puesto de Chapman debería ser irrefutable en el último inning del club dirigido por Aaron Boone, la prensa neoyorquina puso en duda al hombre que ostenta la tercera mayor cantidad de rescates desde 2012 en todo el béisbol (305).
El portal web Yanks Go Yard, de Fansided, sacó a relucir varios de los problemas que tuvo Chapman sobre la loma en 2021 para darle fuerza al argumento o a la posibilidad de que el nicaragüense Jonathan Loáisiga sea quien tome el papel de cerrador de los Yankees en 2022, al menos de vez en cuando. Esto se debe a que los Yankees, de acuerdo con el citado sitio web, deberían ir preparando a su mejor opción interna para dejar marchar a Aroldis a la agencia libre al finalizar la campaña.
En el texto, redactado en inglés, se argumenta que Chapman podría ser relegado a ser el preparador de los Yankees (setup) e incluso ser cambiado a mitad de temporada por algunos prospectos. Incluso el autor se pregunta si Chapman podría ser un cerrador consistente y efectivo en 2022, pues “es probable que su declive continúe en los próximos años”.
Una de las razones de Yanks Go Yard para argumentar sus palabras es que Chapman bajó su velocidad y terminó con un promedio en su pitcheo rápido de 98.3 millas por hora, según Baseball Savant.
Y hay que entender algo bien importante: no se necesita una recta de 103 millas por hora para dominar en Grandes Ligas. Joel Zumaya, un relevista de los Tigres de Detroit entre 2006 y y 2010, lanzaba una recta de 103 MPH sin sudar. Pero lo que podía ser una carrera brillante terminó por un descontrol impresionante. Solo cinco años duró. Greg Maddux, el maestro del control contemporáneo que hoy luce su busto en Cooperstown, lanzaba su pitcheo rápido a 93 millas por hora en sus mejores años. En sus últimos torneos, esas millas bajaron y, con suerte, tocaba 86 millas.
Esto lo entendió Chapman. Por tal razón, desarrolló un slider de miedo que obligó a los contrarios a batear para .173 de promedio en 2021 y una recta de dedos separados con la que sacó 28 ponches en 33 apariciones al plato el año pasado. Sencillamente impresionante.
Sí, Chapman tuvo algunos problemas en la más reciente temporada. Su descontrol salió a flote (6.1 BB/9) y fue apaleado en un lapso de nueve presentaciones entre el 10 de junio y el 4 de julio. Pero observe esto:
· Entre el 5 de abril y el 6 de junio: 23.0 EL, 1 CL, 0.39 PCL, .097 AVG, 43 K
· Entre el 10 de junio y el 4 de julio: 5.2 EL, 14 CL, 22.24 PCL, .483 AVG, 6 K
· Entre el 6 de julio y el 3 de octubre: 27.2 EL, 6 CL, 1.95 PCL, .155 AVG, 48 K
Chapman es Chapman. No se puede dudar de su calidad, ni caer en faltas de respeto con un jugador que ha sido de lo mejor en sus funciones. Lo único que este autor podría estar de acuerdo con el argumento de Yanks Go Yard es que los Yankees podrían dejar ir a Aroldis en la agencia libre y confiar en lo que pueda dar el talentoso Loáisiga (27 años) entonces como el nuevo cerrador de Nueva York. Pero, mientras, hay toda una temporada por delante. Veremos cómo le va al Misil cubano.