PREOCUPA: ¿Se apaga de a poco la llama de Raisel Iglesias?

Por Juan Páez Si bien es cierto que Raisel Iglesias se mantiene como el cerrador de los Rojos de Cincinnati y que, al menos hasta antes de la jornada del martes, acumula una cantidad aceptable de salvados (28) en un equipo con récord negativo, también es verdad que su dominio no es siquiera parecido al […]

Por Juan Páez

Si bien es cierto que Raisel Iglesias se mantiene como el cerrador de los Rojos de Cincinnati y que, al menos hasta antes de la jornada del martes, acumula una cantidad aceptable de salvados (28) en un equipo con récord negativo, también es verdad que su dominio no es siquiera parecido al que sostuvo en el último par de temporadas.

Al ver las estadísticas tradicionales, hay una notable y amplia diferencia con respecto al Iglesias de años anteriores. Por ejemplo, y sin incluir la última fecha, su efectividad saltó de 2.38 en 2018 a 4.55 esta campaña. Su WHIP pasó de 1.07 a 1.34, una cifra alarmante para un hombre del noveno inning.

Pero hay dos cifras que agravan aun más su situación: tiene cinco oportunidades desperdiciadas de salvar (la mayor cantidad desde que es apagafuegos) y 11 derrotas. Hasta ahora en las Grandes Ligas, solo hay otros dos relevistas con doble dígito en reveses, aunque ambos tienen 18 aperturas cada uno: Drew Pomeranz y Glen Sparkman, ambos con 10.

No es común ver a un taponero con tantas caídas. De hecho, es el primer cerrador con al menos 28 rescates y 11 juegos perdidos desde Ron Davis, en 1984 para los Mellizos de Minnesota. En la historia, solo ha habido cinco hombres con esos registros.

¿Qué pasa?

Aunque todo luce catastrófico para Iglesias, no parece ser algo que requiera mayores ajustes, al menos desde el punto de vista de las estadísticas avanzadas, porque es algo que parece estar a la vista.

Uno de los problemas del derecho puede ser el BABIP, el promedio al bate en bolas en juego. Su registro es un elevado .338, más de 100 puntos por encima del que exhibió en 2018 (.233). Eso quiere decir que 1) su defensiva no lo está ayudando, 2) los contrarios están teniendo suerte o 3) le están pegando tan fuerte que, usualmente, las pelotas caen en territorio de nadie.

La tercera opción puede ser. El porcentaje de conexiones fuertes del nacido en Isla de la Juventud ha subido casi 16 por ciento desde 2017, temporada en la que terminó en 24.2 %. En 2018 mostró 34.8 % y en este torneo ese número está en un peligroso 40.1 %, el más alto de su carrera.

Otro aspecto es su porcentaje de barrels, que indica cuán seguido a un lanzador le conectaron bolas con una velocidad de salida de, como mínimo, 98 millas por hora y con un ángulo superior a los 20 grados. Esa cifra, 8.2 %, también es la más alta en la trayectoria de Raisel, a quien (para colmo), ahora le levantan más la pelota, pues su launch angle pasó de 13.8 a 20.7 grados, algo que puede redundar en más extrabases.

Mal envío

En cuanto a su arsenal de pitcheos, el sinker parece no ayudarlo como él espera. Pese a eso, no deja de lanzarlo.

Aunque lo tira en menos del 10 por ciento de las veces, ha terminado 22 turnos oficiales con ese envío y los registros no son buenos: le batean para .500 de average (22-11), con par de dobles y tres jonrones.

Su cambio tampoco ha sido tan dominante como el año pasado, cuando arrojó .149 de promedio y .209 de slugging. Este año le ligan para .268 y .446, respectivamente.

¿Será Iglesias el cerrador del futuro para los Rojos? En sus manos parece estar la respuesta.

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