Por Manu Pérez
La presencia en Tokio de Raúl Valdés, significó su primera participación en unos Juegos Olímpicos. El habanero tuvo esta oportunidad en representación de República Dominicana, un país que le dio la confianza de integrar su nómina a lo largo de todos los procesos clasificatorios y que lo ha acogido como un dominicano más desde hace ya buen tiempo.
La primera medalla olímpica en deportes colectivos de la historia de República Dominicana, tuvo en el cubano Raúl Valdés una pieza importante dentro del conjunto durante casi todo el ciclo y sin dudas constituye una de las más grandes alegrías en la extensísima carrera profesional del lanzador zurdo nacido en La Habana.
En tal medida, el tres veces ganador de Series del Caribe con elencos de ese país, expresó en sus redes sociales el agradecimiento por la oportunidad brindada: “Para mí es un orgullo representar esta bandera, un país que me abrió las puertas y no dudaría en volverlo hacer una y mil veces, gracias Dominicana muchas gracias”
Este experimentado lanzador abandonó la isla de Cuba a principios del siglo en búsqueda de triunfar en el máximo nivel del béisbol profesional, pero a pesar de llevar más de quince años sin residir en su tierra natal, continúa sintiendo añoranza por su país y así lo refleja en su descripción en la red social Twitter:“Soy 100% cubano nacido en la habana y radico en República Dominicana”.
Esta es una de las tantas figuras del deporte cubano que durante estos Juegos Olímpicos han representado a otras banderas y que constituyen de igual manera orgullo para todos los nacidos en la isla. En este torneo beisbolero también participaron jugadores de otras naciones con ascendencia cubana pero que nacieron fuera.
La actuación del zurdo Raúl Valdés durante este torneo concluyó sin decisiones en sus dos salidas como abridor, curiosamente ambas ante Corea del Sur, último rival enfrentado por un equipo cubano en un evento de este tipo, cuando Cuba y el país asiático se enfrentaron en la final de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.