Por Franco Miguel Alvariño
El pasado domingo, 13 de junio, los Bravos de Atlanta superaron 6×4 a los Marlins de Miami. El choque celebrado en el “IoanDepot Park” tuvo el dominio de los visitantes desde la primera entrada, cuando fabricaron tres carreras, una de ellas (la tercera) impulsada por Guillermo Heredia.
Heredia compareció al rectángulo de bateo con las bases llenas. En la lomita de los suspiros estaba el derecho venezolano Pablo López. La situación parecía favorable al cubano, pues el lanzador rival no se presentó dominante en el inicio del choque.
Antes de llegar el matancero al plato, el descontrol del latino había sido su principal rival, dos boletos y tres indiscutibles provocaron que los Bravos inauguraran la pizarra.
La entrada parecía provechosa y Guillermo no detuvo la fiesta, solo que no fue de la forma que él, seguramente, hubiese querido. Un pelotazo a la altura del abdomen le abrió “las puertas” del home plate a Abraham Almonte, quien anotó la tercera del equipo de Atlanta en el desafío.
El impacto de la bola en la zona abdominal hizo que el jardinero permaneciera con un leve dolor durante varios minutos. Sin necesitar de asistencia médica, y luego de comprender que el dead ball no fue intencional, salió corriendo hacia la inicial como si hubiese conectado un indiscutible.
Cuando llegó a la primera almohadilla, con una sonrisa en su rostro, dejó saber que no hubo mayores complicaciones. Además, se pudo leer entre líneas que lo más importante para él es aportar al equipo, así sea con un hit, una base por bolas o un pelotazo.
En el desafío, Heredia sumó un imparable (tubey) en dos turnos legales, además, negoció un boleto de libre tránsito y un pelotazo, que significó su carrera impulsada número 12 en la presente campaña. Por otra parte, con su actuación en la jornada dominical elevó sus frecuencias a .248/.333/.413 AVE/OBP/SLU.
Sin más, observe la reacción de Guillermo Heredia después del pelotazo: