Por Juan Páez
El número 30 ha sido, en cuanto a la participación de cubanos en Grandes Ligas, un número estacionario. Representa el récord de más jugadores antillanos en ver acción en una campaña de la MLB, logrado en 1967, pero también significa el intento anual de la armada cubana por imponer una nueva marca.
Ha habido intentos de quebrar el redondo número y las probabilidades de lograrlo parecen agrandarse gracias al reciente tremendo desarrollo de jóvenes nacidos en Cuba. En 2016, luego de 49 zafras, la legión isleña empató la cifra. Tres años después, en 2019, volvió a aparecer el número 30.
Entre la gran cantidad de nuevas reglas que entrará en juego en el big show desde la venidera temporada, que empieza en poco más de 50 días, hay dos nuevas modificaciones relacionadas al roster que alterarán, para bien o para mal, las posibilidades reales de conseguir este récord de, como mínimo, 31 hombres en acción.
La primera es que el plantel con el que se jugará desde el inicio de la ronda regular hasta el 31 de agosto pasará de 25 a 26 peloteros, algo que podría ser positivo para los cubanos que pelean por ganarse un puesto desde los Entrenamientos Primaverales. La segunda es que los rosters no se expandirán a 40 con la llegada de septiembre, sino apenas a 28, lo que podría ralentizar el arribo de prospectos que están a la espera de un salto desde las Menores hasta la MLB.
Lo bueno de la primera
El cupo extra en cada organización de la MLB, o lo que se conoce como el “hombre número 26”, podría tener un efecto positivo en el nuevo intento que tendrá la armada cubana para quebrar la marca de 1967.
Al menos a estas alturas, hay varios hombres antillanos que podrían pelear por ser ese jugador adicional desde el Spring Training.
Tres ejemplos de ellos son: el jardinero Randy Arozarena con los Rays de Tampa Bay, el infielder/outfielder Rangel Ravelo con los Cardenales de San Luis y el patrullero Guillermo Heredia con los Piratas de Pittsburgh.
Pero los tres deberán ganarse el rol por el desempeño que tengan en los campos de entrenamiento.
Quizás desde el inicio de la etapa eliminatoria el número de isleños sea mayor en el big show, lo que podría causar una proyección temprana de si se romperá o no el récord.
También dependerá de quienes hagan vida en Ligas Menores, su andar y sus números totales para el final de la temporada en las granjas, a fin de aspirar a ser subidos en septiembre a la MLB.
Lo malo de la segunda
Los clubes de las Mayores no tendrán tanta cabida en el noveno mes del año, pues solo podrán sumar dos jugadores más para la última treintena de la ronda regular, justo antes de entrar en la fiesta de octubre.
Por eso los novatos o veteranos rezagados, como Yasmany Tomás o Rusney Castillo, deberán esforzarse más para llamar la atención de sus respectivos equipos grandes y tener la posibilidad de ser uno de los dos peloteros que suban a ver acción en las Mayores.
Todos los 30 cubanos que jugaron en Grandes Ligas en 2019 y empataron el récord de 1967 y 2016:
José Abreu, Chicago
Yoán Moncada, Chicago
Yordan Álvarez, Houston
Yulieski Gurriel, Houston
Cionel Pérez, Houston
Aledmys Díaz, Houston
Rogelio Armenteros, Houston
Rangel Ravelo, San Luis
Randy Arozarena, San Luis
Aroldis Chapman, Nueva York
Yasmany Tomás, Arizona
Yasiel Puig, Cincinnati / Cleveland
Raisel Iglesias, Cincinnati
José Iglesias, Cincinnati
Adeiny Hechavarría, Nueva York / Atlanta
Néstor Cortés Jr., Nueva York
Kendrys Morales, Oakland / Nueva York
Yonder Alonso, Chicago / Colorado
Guillermo Heredia, Tampa Bay
Michel Báez, San Diego
Ronald Bolaños, San Diego
Adrián Morejón, San Diego
Yoán López, Arizona
Roenis Elías, Seattle / Washington
Jorge Soler, Kansas City
Leonys Martín, Cleveland
Yasmani Grandal, Milwaukee
Lourdes Gurriel Jr., Toronto
Odrisamer Despaigne, Chicago
Yandy Díaz, Tampa Bay
1 Comment
Estoy de acuerdo con Juan que la ampliacion del roster a 26 abre un poquito mas las posibilidades de jugadores de Ligas Menores en los equipos regulares.
Sin embargo, esa entrada o puerta a las GL, independientemente del numero de atletas permitidos, no depende solo del rendimiento en el Spring Trainning. De hecho, no es tan frecuente que un jugador que no esta en los planes iniciales haga cambiar la opinion de los directivos aun con excelentes numeros en los entrenamientos, especialmente cuando no se esta discutiendo una plaza vacante por lesion o por otro imprevisto.
Los ejemplos de peloteros de todas las nacionalidades y en los que abundan los cubanos, que han brillado en febrero y marzo por encima de los titulares de las posiciones, y luego han sido enviados de vuelta a AAA o AA da para llenar la Biblioteca del Congreso.
Al igual que los que han rendido en Ligas Menores en forma consistente y nunca reciben el llamado o lo reciben como consolacion al estilo de Ravelo o de Barbaro Canizares, entre otros.
Ni Tomas ni Castillo estan en los planes de Arizona ni de Boston por mucho que sigan bateando y esforzandose. Hace rato que Mike Hazen (quien tambien descarto a Castillo en Boston) al frente de los Diamondbacks y Brian O’Halloran en la BeanCity pasaron la pagina de esos muchachos y sus contratos iniciales, los que aunque estemos en desacuerdo ellos que son los que mandan y pagan consideraron erroneos.
Significa eso que hay que tirar la toalla? Por supuesto que no, la funcion de ellos como profesionales seguira siendo hacerlo bien en cada oportunidad y desmostrar que son mejores que los que tienen los puestos que ellos disputan, pero sabemos que la decision, especialmente cuando no se trate de jugadores extraclase, de actuaciones extraordionarias o de la casualidad de las lesiones de otros, les seguira siendo esquiva ante otros numerosos factores que no se miden ni tradicional ni sabermetricamente.