Por Kiara Gonzalez Escobar
Este 2022 cierra con una deuda saldada para el beisbol cubano pues en la mañana del martes 27 de diciembre se produjo un hecho trascendental en el parque de Línea y H en el Vedado capitalino.
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Precisamente en ese lugar, a partir de ahora estarán dos monumentos en honor a grandes figuras de la pelota cubana.
Decisivo fue el papel jugado por el proyecto “Béisbol de Siempre” como precursor y promotor inicial de lo que finalmente se logró hoy. Hay que destacar el papel protagonismo de la ciudad de Mobile, Alabama y la Oficina de Patrimonio como ejecutoras, más el aporte esencial de personas como María Conchita Méndez y Miguel Fraga.
Todos ellos junto a otros componentes importantes en este proceso hicieron posible el establecimiento de un marcador histórico que rinde tributo a los primeros cubanos que practicaron béisbol y que luego lo llevaron a La Habana desde la ciudad portuaria de Mobile.
Fueron los hermanos Ernesto y Nemesio Guillot junto con Enrique Porto, quienes aprendieron el juego en el Spring Hill College y en 1864 llevaron los primeros implementos deportivos para practicar en lo que antiguamente se conocía como los baños de Miguel (zona entre la Iglesia El Carmelo y el Centro José Antonio Echevarría).
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El marcador o tarja está en español por un lado e inglés por el otro acompañado de los escudos de Mobile y La Habana.
Está compuesto de aluminio y mide 42 pulgadas de alto y 30 de largo. Las ciudades de Mobile y La Habana están hermanadas por Pierre Le Moyne D’Iberville, fundador de Mobile y que pasó sus últimos días en la capital cubana. Hay una estatua suya en bronce a la salida del túnel de La Habana mirando exactamente hacia Mobile, donde está la misma estatua con los ojos puestos en Cuba.
Además de fijarse este marcador se restauró la imagen en bronce del pelotero y patriota Emilio Sabourín y se reubicó su emplazamiento. Después de haber estado desde 1953 en la zona trasera y poco visible del hospital “Maternidad de Línea”, ahora está en el citado parque a la vista de todos.
Como siempre debió ser, para que así los cientos de personas que pasan por esa zona a diario entiendan de la importancia de esta estrella del béisbol cubana en el siglo XIX. Un hombre que murió en una cárcel en África en los brazos de Juan Gualberto Gómez por ser parte del movimiento por la independencia de Cuba.
Es la primera vez que se fija en la isla un marcador que reconoce algún tipo de vínculo en el béisbol entre Cuba y Estados Unidos. Una conexión tan importante que a partir de ahí comenzó un camino lleno de sucesos y hombres legendarios.
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