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En la lista de buenos peloteros que nunca tuvieron imán para el equipo Cuba hay que incluir inevitablemente el nombre de Reutilio Hurtado, a quien le colgaron la etiqueta de “posible emigrante” desde que en 1994 su hermano Diosbelys abandonó la principal escuadra de boxeo en Estados Unidos.
Empeñados en excluir sistemáticamente al estelar outfielder santiaguero, los mandamases del béisbol cubano ningunearon año tras año el rendimiento del hombre que formó parte de las dos versiones de la Aplanadora y alcanzó seis coronas en campeonatos nacionales.
“A mí me llevaban para la preselección del Cuba A y me dejaban fuera a última hora, para así garantizar que tampoco pudiera salir con el B”, contó Reutilio Hurtado en ‘El Show de Swing Completo’. “Al final lo que siempre me tocaba era irme para mi casa. Pero yo siento que sí hacía el grado, porque las cosas me salían muy bien en los entrenamientos en el Latinoamericano”.
Reutilio Hurtado fue grande entre gigantes
La calidad de Reutilio Hurtado la avalaron 252 jonrones y un OPS de .890 en tiempos donde el béisbol cubano gozaba de marcada calidad. Sobraban los guardabosques de calibre, pero si había uno con el que constantemente lo compararon fue con el capitalino Carlos Tabares.
“En mi época hubo muy buenos jardineros centrales que yo respeté mucho”, dijo. “Por ejemplo, Giorvis Duvergel, Yoelvis Fiss y Roger Poll. Y había uno que era mi paradigma en la posición, el matancero José Estrada, que lo tenía todo. Pero la gente hacía muchas comparaciones entre Carlos Tabares y yo puesto que éramos los que más salíamos a la luz pública”.
Acerca de su criterio en torno a aquella pulseada imaginaria, el indómito confesó que la veía “muy pareja”, y entendió que su rival “arrastraba mucho público debido a su carisma y condición de habanero”.
Hombre de sonrisa franca, Hurtado aseguró que “contrario a lo que la gente piensa, Carlos Tabares y yo tenemos muy buena amistad”, y expuso que su mayor ventaja sobre él residía en la ofensiva.
“A la defensa a mí me iba bien, pero no era espectacular como él, que lo fácil lo hacía difícil”, consideró. “En lo que sí yo iba mejor era con el bate porque tenía más fuerza, daba más extrabases y empujaba más carreras”.
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Reutilio Hurtado lo tiene claro
Sin embargo, el perenne ninguneo sufrido por el outfielder santiaguero a la hora de confeccionar el team Cuba (plaza que a menudo se le concedió a Tabares) no generó rencor alguno hacia su par industrialista.
“A mí no me molestaba que lo eligieran sobre mí porque Carlos Tabares no tenía la culpa de eso; si lo llamaban, él iba”.
A lo largo de 21 campañas domésticas, Hurtado empujó más de mil carreras y fijó un sólido slash line de .289/.400/.490.
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