Juan Soto encontró toda la fuerza de sus muñecas para pegarle a la bola durante el juego 3 de la Serie Divisional entre los Padres de San Diego y los Dodgers de Los Ángeles y aunque las estadísticas muestran que bateó de 4-1, lo cierto es que le pegó con mucha solidez a la pelota.
Ya en la misma primera entrada había pegado doblete al jardín derecho, una conexión que salió proyectada a 113.2 MPH, su batazo más duro de toda su carrera en postemporadas.
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Ya en la baja de la cuarta, con el choque 2×0 favorable a los Padres, Soto, en conteo de dos bolas sin strikes y un out, castigó una recta alta a 94 MPH que paró de sus asientos a gran parte del público con un enorme batazo por la banda izquierda que fue fildeado, casi pegado a la cerca, por Chris Taylor.
Si la pelota hubiera caminado unos metros más, hubiera significado poner ventaja de cuatro en la pizarra, lo que unido al pobre bateo de los Dodgers los hubiera sentenciado por completo, aunque finalmente no hizo falta, pues los Padres terminaron venciendo 2×1.
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Soto dejó su línea ofensiva en la postemporada en .258/.308/.292/.600 (AVE/OBP/ SLG/ OPS), con un doble, dos empujadas e igual número de anotadas.