ULTIMA HORA: Se apagó la vida del expelotero por el que solicitó ayuda especial

Por Yasel Porto

En la mañana de este viernes falleció en Sancti Spíritus el expelotero que esta semana fue noticia por el llamado de ayuda que hizo su hija a través de Swing Completo, el cual enseguida fue replicado por otros sitios oficiales y grupos de Facebook.

El pedido fue sobre todo por la necesidad de conseguir sondas, las cuales enseguida aparecieron gracias a muchos que se solidarizaron con el caso y hasta trabajadores del propio centro médico.

De 72 años de edad (nació el 19 de febrero de 1950 en Placetas), la vida de «Chucho» Rojas se fue apagando poco a poco hasta su deceso en el hospital provincial de Sancti Spíritus. La información fue recibida a través de su propia hija Annierys, quien todo el tiempo me fue detallando todo el proceso.

«Estuvo en coma y agonizando ya en sus últimas horas. Fue muy duro por todo lo que pasamos pero sobre todo él», me comentó ella.

Según varios testigos de aquel tiempo, Rojas tenía excelentes condiciones para triunfar en el béisbol. Su recta era poderosa y contaba con la juventud para aspirar a un buen futuro.

Sin embargo, un accidente involuntario sobre el terreno en un partido de Serie Provincial costó la vida al jugador Orestes Peña y afectó muchísimo al prometedor pitcher. Al punto de dejar el béisbol por el trauma emocional que le produjo.

Pese a ello siempre se ganó el respeto de la gente por sus atributos personales, lo que provocó que muchos estuvieran al tanto de su situación de salud y hasta contribuyeron con él y su familia.

Rojas fue operado recientemente por una apendicitis, complicada con una peritonitis. No duró mucho en su casa, y tuvo que regresar al hospital con varias complicaciones severas. Desde antes ya padecía de una cardiopatía isquémica y una fibrilación ventricular, y en su segundo ingreso fue golpeado por un edema pulmonar junto la muerte paulatina de la mayoría de sus funciones.

La hija del fallecido me informó que el entierro será en la tarde de este viernes en el cementerio municipal de Cabaiguán. Ella aprovechó su comunicación conmigo para agradecer a las decenas y decenas de personas que le escribieron o llamaron para contribuir con la situación compleja de su papá.

«No tengo palabras para corresponder con tantos que se preocuparon por mi padre. Más todos los que escribieron. Fue la mayor satisfacción en medio de este infierno que vivimos todo este tiempo por tantas afectaciones que lo golpearon. Gracias de todo corazón. Dios los bendiga».

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