Por Jesús Alaín Fernández/@JesusLCA2017
El béisbol es pasión. Y la pasión en ocasiones puede llevarnos a perder el control. Entonces lo bonito del juego se torna feo y el sabor de la victoria puede tornarse trágico.
En menos de 24 horas pudimos ver dos eventos en terrenos de juego lamentables. En ambos casos los aficionados fueron los protagonistas y en ambos casos el que sufre es el béisbol.
Cuatro fanáticos se van a los puños en Petco Park
El partido del viernes entre Dodgers y Padres, como cualquier otro entre estas dos franquicias en la actualidad, transpira rivalidad. Pero la rivalidad debería quedar en el terreno.
Trascendió en las redes sociales una pelea entre cuatro aficionados en la que si algo sobró fue la violencia. Evidentemente sí ocurrió en la noche del viernes pues se ve por momentos un marcador en el que los Bravos, de home club, tienen tres carreras a su favor. El partido entre Marlins y Bravos terminó a favor de los de casa por tres a cero.
Las peleas en los terrenos de juego son ya bastante comunes, demasiado. Con frecuencia vemos a jugadores de los equipos rivales “defendiendo” a sus equipos a fuerza de brazos desluciendo el espectáculo.
En el Yankee Stadium llovieron las botellas
La segunda escena fue incluso más deprimente. Luego de un excelente partido entre Guardianes y Yankees, empatado y decidido por estos últimos en la novena gracias a las conexiones de Kiner-Kalefa y Gleyber Torres, la zona cercana a la barda entre el central y el derecho se convirtió en escenario de frustración fanática.
Las cosas se habían empezado a calentar cuando luego del batazo de Kiner-Falefa el defensor del izquierdo de Cleveland fue sustituido por lesión. Los aficionados parecieron ofender a los jugadores visitantes y uno, Miles Straw, incluso se subió a la barda a discutir con el público.
Momentos después la conexión de Torres se coló en el callejón entre el centro y el derecho. Y le tocó a Miles acercarse justo al lugar donde había estado discutiendo al público.
Allí se desató todo. Mientras el emergente Gleyber Torres y los Yankees aun celebraban en el infield una lluvia de cualquier cosa cayó desde el público al terreno.
De destacar, Aaron Judge y Giancarlo Stanton fueron hasta allí y se colocaron entre los jugadores de los Guardianes y la barda tratando de calmar a los aficionados.
Hoy hay más cámaras en un terreno que nunca antes por lo que no será muy difícil para las autoridades encontrar a los responsables que seguramente serán expulsados, quizás de por vida, de los terrenos de béisbol.
Lamentables eventos que opacan el brillo de deporte más lindo del mundo.