La Serie 60 y el comienzo de una nueva era para los Tigres de Ciego de Ávila

Kiara Gonzalez

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Por Alexander García     Si algo positivo pudo tener el béisbol cubano en esta década que concluye fue el ascenso al primer nivel del equipo de béisbol avileño. Ya la escuadra dirigida por Roger Machado había dado la clarinada en la Serie de Oro, pues a pesar de perder contra Pinar del Río en la…

Por Alexander García 

   Si algo positivo pudo tener el béisbol cubano en esta década que concluye fue el ascenso al primer nivel del equipo de béisbol avileño. Ya la escuadra dirigida por Roger Machado había dado la clarinada en la Serie de Oro, pues a pesar de perder contra Pinar del Río en la final, mostró argumentos suficientes para poder soñar en grande, tal como ocurriría después. 

   Con el arrollador triunfo ante los Industriales de Lázaro Vargas, los Tigres dieron el tan anhelado salto a la palestra pública y desde ese instante marcaron su sello en los diamantes beisboleros del país. 

   Una generación dorada de peloteros: Yander Guevara, Vladimir García, Dachel Duquesne, Yadir Rabí, Yoelvis Fiss, Yorelvis Charles, Isaac Martínez, Mario Vega; por solo mencionar a los más mentados; esa generación pudo franquear de una vez el embrujo anaranjado y tras aquella celebre victoria de Vladimir García en el juego siete, con lechada incluida, tras aquel triunfo, todo cambió para bien. 

   Una final perdida y meses después con aquel memorable batazo en extrainning para decidir ante Industriales, los Tigres tocaron la gloria doblegando al equipo más emblemático de nuestra pelota. 

   El juego de los avileños enamoraba, desde el pitcheo con los ya mencionados Vladimir García, Yander Guevara, Dachel Duquesne y Yadir Rabí, hasta la rapidez de Charles y Yorbis, así como los batazos oportunos de Fiss e Isaac Martínez. 

   Sin lugar a dudas, era un estilo propio el de los Tigres y estaba en todos lados; los de la piña dejaron de ser cenicienta para convertirse en reyes, la espera valió la pena, pues el esfuerzo realizado por Roger Machado recogió frutos en un período bastante corto. 

   Si a ello le sumamos que jugadores como Adonis y José Adolis García, Yaibel Tamayo, Yenier Cano, Luis Robert Moirán, Gerson Molina; como los principales referentes de acuerdo al talento mostrado; sin esa generación el reinado de Ciego de Ávila merece mayor encomio. 

   Otra vez, volviendo al punto inicial, cuando la pelota cubana comenzaba a lucir sus matices más negros y la caída era estrepitosa, el juego de Ciego le inyectaba el oxígeno necesario para sobrevivir; a día de hoy, casi todos olvidan eso, las preferencias son las mismas de siempre, pero los Tigres escribieron su historia con letras mayúsculas. 

   Para esta Serie 60, con Yorelvis Charles de director y relegados a planos secundarios ante el empuje de “potencias emergentes” en la pelota cubana, los avileños lucen bien compactos en todas sus líneas, con las ya establecidos, Vladimir García, Yander Guevara y Dachel Duquesne como referentes del pitcheo, así como con hombres claves al campo, Osvaldo Vásquez en la receptoría y Raúl González junto a Yorbis Borroto y Rubén Valdés asegurando el cuadro. 

   La figura de Yorelvis, a todas luces, le cambia la cara al equipo, pero Charles es parte de esa generación ganadora, un hombre tocado con la sabia y la inteligencia de Roger Machado; con estos elementos a la mano, Ciego bien pudiera retornar a planos estelares y darle un toque diferente a nuestra pelota. ¿Qué creen? ¿Se repite la historia? 

   Nos vemos a la vuelta.

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