Por José Alejandro Rodríguez Zas
Para nadie es un secreto que la atención a los atletas es una de las infinitas asignaturas pendientes del deporte cubano. Y no solo desde el punto de vista económico, sino también en cuanto a lo subjetivo, sobre el reconocimiento a la trayectoria atlética de tantos miles de hombres y mujeres que han dedicado su vida al deporte.
Como se sabe, una vez que un deportista cubano concluye su carrera y pasa al retiro, con ello llega el olvido, la intrascendencia, aunque haya sido uno de los más destacados de su disciplina en la historia. Y si por algún motivo, decide salir de Cuba hacia otros horizontes, automáticamente su legado se borra de cualquier libro.
El caso del beisbol es uno de los más populares en este sentido, donde espectaculares atletas como el mismísimo Antonio Pacheco, han desaparecido casi por completo hasta de las imágenes en sus estadios provinciales y otros ni siquiera recibieron una ceremonia de retiro oficial, como cierre a sus carreras
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Un ejemplo de este último caso es el del antesalista capitalino Lázaro Vargas, quien fue entrevistado por Ián Padrón en su canal de YouTube, junto a su hijo, el prospecto de Los Angeles Dodgers, Miguel Antonio Vargas.
En este espacio, Vargas comentó sobre diferentes temas, incluyendo la exigencia, sin censura, de su espacio ganado dentro de la historia del beisbol cubano
«Los muchachos de hoy en día están viendo como terminan los jugadores que fueron estrellas. Más de 22 años de mi vida dedicado al beisbol y paso hasta trabajo para ver un juego de pelota en el estadio Latinoamericano», expresó el expelotero habanero.
«Yo voy a la finca donde Miguel entrena (con Dodgers) y a mi todos me tratan con tremendo respeto. Sin embargo, no se, si un día llegó a la Ciudad Deportiva (en La Habana), si me dejen entrar…», confesó.
«Entonces, si tu comparas… Solo estamos pidiendo respeto, más nada. Si no se arregla esto, muchos muchachos jóvenes….», agregó Vargas.
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Indudablemente, Vargas es uno de los mejores peloteros que ha pasado por el beisbol cubano y tiene ganado un puesto entre lo que más vale y brilla del deporte en la isla, aunque no se le haya dado la atención merecida en Cuba.
«Yo soy doble campeón olímpico. Estoy entre los 100 mejores atletas del siglo en mi país. Jugué 22 años para Industriales… y no tuve nunca un retiro oficial en el Latinoamericano. ¿Qué respeto puedo sentir yo? Si ni retiro oficial tuve…», confesó el destacado antesalista de Industriales
«Ni cuando dirigí… Mira todas las cosas que yo hice y la foto mía nunca estuvo como gigantografía en el Latinoamericano. Parece que no me lo había ganado. Con todas las cosas que hice, parece que esos premios no eran suficientes para que pudiera yo estar ahí», agregó.
«Toda esta situación, Miguel la está mirando, la está viviendo. También la están mirando otros muchachos que vienen en ascenso. No estoy hablando aquí de otras cosas, solo de mi retiro oficial. Ni eso tuve», concluyó.
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