Por Darien Medina
«A “El Duque” lo admiro mucho, fue un hombre que jugó varias temporadas en Grandes Ligas y todo el mundo lo conoce y saben que lo dio todo en el terreno, eran muchas las herramientas que tenía, me gustaría ser algún día como él o mejor y sobre todo llegar a escribir una historia bonita».
Con estas palabras iniciaba su diálogo con SwingCompleto el joven prospecto cubano el avileño Osiel Rodríguez firmado por los New York Yankees en el 2018 con apenas 16 años.
Osiel llegó al béisbol con seis años gracias a un vecino a quien llamó su talento no le pasaría inadvertido. Fue el comienzo de un recorrido por varias categorías. En el 11-12 fue seleccionado como el mejor lanzador de la región oriental en el torneo celebrado en Guantánamo, su promedio de carreras limpias lo dejó en cero y al siguiente año quedó esperando su oportunidad de entrar en la EIDE.
«No me permitieron entrar teniendo los números y resultados que tuve y esperé un año entero, mi primo me estuvo preparando todo ese tiempo y siempre confío en mí y al siguiente año es que puedo entrar a la escuela de deportes», explica Osiel.
En la categoría sub 15, se quedó a las puertas de la preselección nacional luego de haber sido uno de los mejores cerradores de la final, pero al siguiente año, su último dentro de dicha categoría, los resultados lo reafirman como uno de los mejores prospectos del país. En 12 salidas obtuvo 11 victorias y en la fase final nacional tuvo dos aperturas triunfales.
Finalmente, se le abren las puertas al equipo Cuba, sin embargo, un día antes de la salida le informaron que por un error en su documentación le era imposible hacer el viaje.
«Me dicen un día antes de viajar para el Panamericano que tenía problemas en los papeles, mi papá se llamaba Omar y decía Osmar por la s y me sentí un poco incómodo porque los papeles lo habíamos hecho con bastante antelación, me dejaron, me sentí muy triste. Continué preparándome, pero hay veces que hacen tantas injusticias y ya no sabes ni qué hacer, me dijeron que fuera a lanzar con el juvenil en el Latinoamericano que se enfrentaría contra Canadá, pero no asistí», comenta.
Si Osiel necesitaba una oportunidad ante los ojos de los que deciden, la tuvo en Japón, dos salidas, dos victorias y el título mundial, de aquella generación pocos han quedado para seguir su camino en nuestro béisbol.
«Esa fue una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi corta carrera representar las cuatro letras del equipo nacional, gracias a Dios tuve unos resultados increíbles que eran los que yo sabía que podía tener, siempre confíe y confiaron en mí, le doy gracias a Gerty Febles, Michel Pino y Jesús Herrera, a todas esas personas que siempre estuvieron a mi lado».
En el Campeonato Nacional Juvenil su paso fue breve, solo hasta la mitad del certamen, en marzo de 2017 pone rumbo a República Dominicana, en la búsqueda de una firma profesional.
«Tuve que lanzar más de 100 innings entre tryout y showcase para poder firmar. Había muchos equipos interesados en mí, pero los Yankees dieron el paso, otros equipos que no tenían dinero me lo ofrecían para el 2019, pero no estaba seguro de lo que podía ocurrirme en un año y gracias a Dios todo me salió bien y estoy en la organización más grande de todo el mundo y espero subir con ellos y ser grande».
Dentro de la Liga Dominicana de Verano tuvo una breve participación en nueve entradas y dos tercios de actuación con una derrota, el promedio de limpias fue de 5.59, propinando nueve ponches sin bases por bolas, una lesión impidió un mayor impacto en sus actuaciones. «Tuve un desgarre en el hombro, aunque no fue grave gracias a Dios. Tiré dos innings contra Los Ángeles súper bien pero no tenía la velocidad habitual, no estaba bien, sabía que estaba afectado, pero seguía pichando, intentando recuperarme y tuve que hablar con ellos, me entendieron y me asignaron a recuperación, volví al mes y continuaba doliéndome cuando lanzaba, hasta que decidieron ponerme en programa poder mejorar la fuerza».
El programa de recuperación ha ido devolviéndole la seguridad a Osiel en un año difícil en lo individual, en su participación dentro del nivel instruccional ha alcanzado su velocidad habitual. «Sigo mejorando cada día que es lo más importante y todo se lo dejo a Dios y que sea él quien me guíe por el camino correcto».
Dentro de sus cualidades como lanzador, a los 15 años se le llegó a marcar 98 millas, su mayor arma encima del box es la velocidad, pero no la única, a su repertorio se le suma la recta, la slider, el cambio y algo más. «La disciplina que siempre pongo para hacer las cosas, las personas deben de entender que los deportistas tienen que ser disciplinados, si no es así no llegan a ningún lado, soy una persona que escucha mucho los consejos y me gusta acercarme a los lanzadores, hablar con Pedro Echemendía, he conversado hasta con Aroldis Chapman, me han dado bastantes consejos y eso es fundamental».
La COVID-19 ha alejado a Osiel de la competencia, ha sido el tiempo de seguir trabajando en su recuperación junto a su entrenador Fausto “Chiquí” Mejía. «Este año ha sido bastante complicado para todos nosotros, las Ligas Menores han sido canceladas y esperemos que nos llamen en septiembre u octubre para participar en alguna instruccional, lanzar algunos innings o si no hasta el año que viene, mientras tanto toca entrenar fuerte para mejorar y el próximo año poder estar en Estados Unidos».
Alrededor del talento del cubano han crecido las expectativas de la organización a la que representará, su crecimiento dentro del deporte tendrá un seguimiento muy particular. «Sé todo lo que esperan de mí en el equipo, quieren que me recupere y que esté listo, porque ellos saben el lanzador que soy y lo que puedo demostrar».
Con talento y un enorme futuro por delante, la armada cubana en la MLB, tiene un potencial jugador para convertirse en referente dentro del mejor béisbol del mundo, una historia que sueña y le ilusiona escribir. «Me comparan mucho con José Fernández, salto como lo hacía el lanzando y era mi pitcher a seguir, como lo son todos los cubanos que han llegado a ese nivel y quiero lograrlo al igual que ellos y eso se alcanza trabajando y sacrificándose cada día, de eso se trata para poder llegar a Grandes Ligas, quiero hacer mi historia y que todo el mundo conozca a Osiel Rodríguez».
Mientras tanto su país quedó con deseos de seguir disfrutando de su talento. Cuba sigue en sus sueños. «Ese es mi país, yo podré estar en cualquier lugar del mundo, pero mi tierra es Cuba y a la que siempre quiero representar y poner bien alto su nombre y eso nunca va a cambiar, hoy día todo lo que hago es representando a mi país y saliendo hacia delante para algún día poder jugar para ella».