Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com
Éste es un ejemplo más para los que se pasan el tiempo justificando las decepciones y deserciones por la falta de un acuerdo con la MLB o a la incidencia absoluta de las leyes norteamericanas vinculadas con Cuba (bloqueo). Aquí, como tantas veces, la responsabilidad no se sale de las fronteras cubanas y se basa sobre todo en atenciones y respeto por encima de la economía.
El mismo domingo que trascendió públicamente la baja del lanzador Yosimar Cousín también se regó como pólvora otra salida, en este caso un traspaso de provincia de otro serpentinero talentoso. La llegada a Industriales del espirituano Pedro Álvarez se ha convertido en cierto bálsamo en medio de un rosario de malas noticias rumbo a la próxima Serie pues su cuerpo monticulista ha perdido por diversas causas a hombres como Brian Chi, Andy Rodríguez y Frank Herrera, a lo que habría que sumar el retiro de bateadores importantes, el suspenso con su principal slugger Lisbán Correa y la reciente confirmación de la partida del gran prospecto Cristian López.
El arribo de Álvarez a los Leones no causó tanta sorpresa. Desde su presencia hace par de años como refuerzo éste ya había manifestado su interés en el futuro de vestir ese uniforme a tiempo completo, deseo frustrado en la pasada campaña y que ahora parece haber conseguido tras sus decepciones en su provincia natal.
La noticia provocó que una de la periodista titular en deportes de Sancti Spíritus, Elsa Ramos, se acercara a Pedrito, diálogo que permitió conocer que el tratamiento recibido por el atleta en su territorio dejó mucho que desear. Y todo empezó con la dirección de los Gallos encabezada por el cada vez más polémico manager Eriel Sánchez.
El explosivo pitcher dijo que al principio había pedido la licencia temporal pero que nunca se la dieron y todo quedó muy inconcluso, por lo que el paso siguiente fue solicitar la baja que sí le aprobaron finalmente. “Me pagaron la mitad porque solicité la baja como un día 15. Me quedé sin trabajo, sin salario alguno, como que se olvidaron de mí, como si no hubiera existido, como si no hubiera hecho nada por mi provincia, de luchar por el equipo”, continuó expresándole a la reconocida cronista.
Más adelante el atleta sentenció que el motivo de la licencia se debió a su intención de terminar los estudios y poder arreglar el cuarto de su casa. “Varias personas del gobierno fueron a mi casa a ver las condiciones. Solo era hacer una placa de tres metros y medio por dos. Al final nunca me dieron respuesta y me engañaron con eso y me dijeron cosas que hoy día no quiero decir porque ya no quiero que me arreglen la casa ni quiero que me den nada”.
Según versa en el escrito de Elsa, una de las periodistas de deporte más premiadas a nivel nacional por la calidad y seriedad de su trabajo, Álvarez estuvo trabajando un tiempo con la categoría 13-14 años para tener al menos una entrada salarial, posibilidad que le agradeció a Jorge Morel del INDER municipal.
“Yo había decidido no jugar más al béisbol. Había renunciado a mi sueño de siempre, había dejado de entrenar, solo correr un poco, hacer planchas y ligas para mi físico para poder desentrenarme”.
Fue entonces que apareció el contacto de ciertas personas en La Habana que lo sacarían de esa desvinculación con el juego activo luego de proponerle participar con Industriales para la próxima temporada. De esa forma podría por fin cumplir su anhelo de llegar a los Leones no como un refuerzo sino como integrante oficial del equipo más ganador en la historia de las Series Nacionales.
Ramos le preguntó si su llegada a la capital cubana significaría un rompimiento definitivo con los Gallos, lo que tuvo una respuesta clara en la que quedó demostrado que su problema está bien lejos de ser con el equipo y su afición, y que su amor por ambos mantendrá una puerta abierta en un futuro más a largo plazo.
“Decidí no jugar más por diferencias con la dirección del equipo de Sancti Spíritus, pero al presentarse la oportunidad en otro equipo yo quise seguir jugando solo por seguir mi carrera que es lo que siempre he hecho. Ahora se me da el sueño de jugar con el equipo que más me gusta y he seguido en el mundo. Es mi equipo favorito, mis padres me inculcaron eso y estoy contento con esa propuesta. Solo espero que me den el chance de volver a jugar”.
Álvarez ahora espera por el sí definitivo del INDER de su provincia para viajar a La Habana y comenzar los entrenamientos con la tropa de Guillermo Carmona.
“No he hecho nada, he hecho todo con el INDER, he ido a todos los trabajos voluntarios, no he cometido indisciplina y creo que me digan que sí desde el primer momento. Solo estoy pidiendo ayuda para seguir jugando béisbol”.
El talentoso lanzador capaz de desdoblarse en los roles de abridor y relevista aclaró que, aunque su sueño siempre ha sido estar en Industriales no hubiera querido irse de Sancti Spíritus y menos de esa manera, pues él ama a su provincia. “Le decía a un amigo que si puedo jugar con Industriales, el día que llegue a Sancti Spíritus voy a estar con la cabeza en los Gallos en el dogout de Industriales porque ese es en realidad mi equipo, el que llevo en el corazón, pero varias cosas que me llevan a no jugar con mi provincia y tengo que ir a otra. No quiero comentar estas cosas porque no me gusta como se dice en el argot cubano, el chisme. Solo decidí no jugar más por aquí”.
Pedro también señaló que se va debiéndole 5 o 6 años de presencia con su equipo y las victorias que ahora le dará a Industriales. “A la afición se le debe respeto, morir con ellos siempre, pero espero que me entiendan. Siempre le voy a deber todo a los Gallos”.
Al final del intercambio con Elsa Ramos consideró la posibilidad de cerrar su carrera con Sancti Spíritus. “Espero regresar cuando hayan cambios que yo pueda jugar en un béisbol cómodo”.
Solo este joven monticulista con experiencia ya en la selección nacional, conoce todas las problemáticas que lo han acompañado en los últimos tiempos dentro de su vida deportiva y social. En su caso hubo motivos de fuerza que lo han mantenido en Cuba, pero en muchos otros casos este tipo de situaciones son el impulso decisivo a tomar destinos que trascienden los límites de Industriales o cualquier equipo de la pelota cubana.
Si Pedro Álvarez se hubiera ido de Cuba a probar fortuna en el béisbol profesional de Estados Unidos o a título individual en cualquier otra liga, esa decisión hubiera estado incentivada por la falta de un acuerdo, sí, pero no el de la MLB, sino el de la consideración y la atención necesaria de la que sigue adoleciendo el sistema en su conjunto con la mayoría de los deportistas. Ese bloqueo interno no de pensar que los atletas se lo merecen todo, sino de priorizar ciertas condiciones básicas a quienes dentro de un país bien complejo tienen que resolver los mismos problemas que el resto de un pueblo al que le proporcionan una de las pocas alegrías que puede recibir en estos tiempos. Pero los responsables no acaban de darse cuenta de la importancia social del béisbol y los peloteros que todavía juegan en Cuba, la cual hoy se hace todavía más crucial.
Ojalá Sancti Spíritus no se empeñe en bloquear la salida de Álvarez hacia Industriales, sobre todo porque estarían condenándolo a estar fuera del béisbol o a tomar el mismo rumbo que tantos y tantos a lo largo del tiempo, incluyendo un 2021 que parece que no tener fin en ese aspecto. Después no se quejen ni busquen la culpa en casa del vecino como pasa siempre. En la edición más reciente del béisbol cubano la labor de este diestro espirituano fue de 3-3 con 4.34 de PCL en 23 salidas al box, ocho de ellas como abridor. Su mejor temporada desde su debut en 2013-14 fue en la cita finalizada en 2019 en la que dejó balance de 9-3 y 3.83 de efectividad, rendimiento que lo incluyó dentro del equipo na