Por Franco Miguel Alvariño
Cada vez Randy Arozarena se parece más al Mr. Octubre de hace unos meses, cuando desbordó en la postemporada. Esta noche demostró por qué se encentra en el máximo nivel del béisbol mundial, tras un excelente tiro al plato que, a la postre, evitó carrera. Simplemente, el “Cohete” se lució.
Tyler Glasnow lanzaba en la alta de la séptima entrada. El abridor de Tampa Bay Rays traía en un puño a los Nacionales de Washington, solo una anotación en la baja del tercer capítulo, cuando durante el llamado inning de la suerte aconteció la jugada más polémica del partido.
Josh Harrison empuñaba en el home plate. Antes, su tocayo Josh Bell había llegado a la intermedia tras conectar doblete y Yan Gomes falló por la vía de los strikes. Es así que, con corredor en posición anotadora, Harrison largó indiscutible al jardín izquierdo, dos bounds y la conexión quedó en el guante del cubano Arozarena.
Hasta ahí todo bien. La cosa se complicó cuando Bell continuó trayecto en busca de anotar la que sería la segunda carrera de los Nats. Craso error. Randy ni siquiera pestañeó y puso un tiro perfecto, al primer picón, en la mascota del receptor Mike Zunino, quien se movió magistralmente en la goma para evitar que el corredor llegara safe.
Aunque el principal decretó el out rápidamente, la dirección de los Nacionales apeló al replay para revisar la jugada. Tras unos minutos el desafío favoreció a Tampa y quedó ratificado el out y la acción salvadora de Arozarena.
Finalmente, los Rays se llevaron el gato al agua 3×1 como locales en el Tropicana Field Dome, casa de la franquicia de Florida. Con una rayita en la primera entrada y dos en el quinto a los Rays le bastó para someter a los capitalinos. En ese choque, Randy se marchó de 3-1, con una anotada.