Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com
Simplemente increíble y más viniendo de un país con un nivel de democracia superior en comparación con la mayoría de las ex repúblicas soviéticas.
El tema es que el Ministerio de Defensa de Ucrania anunció que va a tomar medidas con Yaroslava Mahuchikh, medallista de bronce en salto de altura en los Juegos Olímpicos, por abrazarse y fotografiarse con la rusa María Lasitskene, quien resultó la ganadora de la presea dorada en Tokio.
«Vamos a tener una reunión con Mahuchikh», escribió la viceministra de defensa Anna Maliar, en su cuenta oficial de Facebook.
Las otras dos atletas ucranianas que se clasificaron para la final de salto de altura, Irina Gerashchenko y Yuliya Levchenko, también felicitaron a la rusa por su victoria en una competencia de primerísimo nivel.
Lasitskene había estado ausente en los Juegos de Río 2016 por el dopaje de Estado, y ahora se coronó campeona olímpica con un salto de 2,04 metros.
Su actuación se hace más meritoria teniendo en cuenta que en esta temporada apenas pudo competir y sufrió una lesión a finales de mayo.
Abanderada de la lucha contra el dopaje y muy crítica con las autoridades deportivas rusas, la triple campeona mundial dejo en plata y bronce a la australiana Nicola McDermott (2,02 metros) y la propia Mahuchikh (2 metros).
Aún con sus 19 años, se esperaba que la ucraniana, campeona de Europa en pista cubierta en marzo, tuviera un mejor resultado que esté metal bronceado, si se considera que esté mismo año logro un salto de nada menos que 2,06 metros, que ahora hubiera sido suficiente para colgarse en su pecho la presea áurea.
Habrá que ver cuál es la decisión que toma el gobierno ucraniano con esta atleta, pero ciertamente sería algo absurdo por completo incluso hasta un regaño, pues al margen del diferendo politico entre Ucrania y Rusia, los Juegos Olímpicos tienen un espíritu buen diferente en el que a nivel individual y deportivo los atletas de países adversarios llevan a cabo gestos como el que ha suscitado el rechazo en las autoridades ucranianas.
Estos dos países han tenido grandes diferencias por décadas y hasta siglos, pero en la era contemporánea se agudizaron estos problemas al entrar Rusia en la región de Crimea y recuperar a la fuerza un territorio que en el pasado le pertenecía.
No obstante, tomar una decisión o simplemente halar las orejas a un deportista por un abrazo a una colega de otro país, aunque sea «enemigo», es una acción que más bien parece propia de un régimen totalitario, de países como la propia Rusia o Bielorrusia, y no de una nación que en teoría es considerada como democrática y libre.