Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)
El OBP en el Béisbol es una de las estadísticas más importantes a la ofensiva. Es el porcentaje de embasado la manera más efectiva de determinar la calidad de un bateador. Se tiene en cuenta la cantidad de hits conectados, las bases por bolas y los pelotazos recibidos. Que sus jugadores lleguen safe a las bases es el primer deseo de un mánager. Sin hombres en circulación la producción de carreras es casi nula.
Con la inclusión de las llamadas Ligas Negras en los registros oficiales de MLB, aparecen varios de los peloteros que se desempeñaron en aquellas ligas entre los primeros en OBP y los cubanos no son la excepción. Con un mínimo 250 encuentros jugados el toletero nacido en Cuba que presenta el mejor OBP es el inmortal Cristóbal Torriente con un descomunal .425.
Torriente, que bateaba a la zurda jugó en las Ligas Negras de 1920 a 1928, acumulando en ese lapso 758 hits, 323 bases por bolas y 20 pelotazos en 644 choques. Finalizó su carrera promediando .340 de bateo y lideró tres veces la liga en OBP, en 1920 (.479), 1923 (.481) y 1924 (.467). «El Babe Ruth Cubano» también actuó como lanzador, pero se destacó mucho más como jardinero, posición que lo llevó al Salón de la Fama de Cooperstown en 2006.
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Alejandro «El Caballero Oms» también era zurdo y jugó en las Ligas Negras. Es el pelotero cubano que exhibe el segundo OBP más alto con .403. De 1923 a 1935 logró conectar 341 imparables, negociar 128 boletos y recibir tres pelotazos. El promedio de bateo de por vida de Oms fue .329.
El top 5 cubano en cuanto al OBP lo completan Martín Dihigo (.389), Minnie Miñoso (.387) y Valentín Dreke (.385). Los dos primeros eran diestros y pertenecen al Salón de la Fama de Cooperstown, mientras que Dreke también fue un gran pelotero que bateaba a la zurda y tiraba a la derecha.
Dihigo, probablemente el mejor jugador de béisbol nacido en Cuba, acumuló en las Ligas Negras 436 hits, 184 bases por bolas y fue golpeado por lanzamiento en seis ocasiones durante 397 desafíos. «El Maestro» terminó su carrera con un promedio de bateo de .307. Como lanzador también fue uno de los más destacados de su época, simplemente un pelotero extraclase que a pesar de liderar la Liga dos veces en jonrones, sabía muy bien cómo embasarse.
Miñoso era otro que se las traía cuando de llegar quieto a una base se trataba. Jugó en las Ligas Negras y en MLB, siendo una estrella en ambas instancias. En total registró 2113 indiscutibles, 848 boletos y 197 pelotazos. En este último renglón era todo un experto, se las arreglaba para llegar safe a la inicial por la vía más dolorosa. Al punto de liderar la liga en pelotazos recibidos en 10 oportunidades durante su carrera.
Dreke militó durante ocho años en las Ligas Negras. Disparó 619 hits, recibió 143 pasaportes gratis y lo golpearon por lanzamiento en 23 ocasiones. En 1924 ganó el título de bateo con un promedio de .389. Además, fue muy consistente con el madero, finalizando su carrera con un formidable averaje de .330.
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Después de estas cinco luminarias, el cubano que aparece con el sexto mejor promedio de embasado con al.menos 250 partidos jugados es Yordan Álvarez. El de Houston Astros exhibe un OBP de por vida de .384 en 368 encuentros. Además, el jugador activo y bateador zurdo acumula hasta el momento 393 hits, 180 boletos y le han dado 17 pelotazos. Batea de por vida .296 y este año fue segundo en la Liga Americana con un elevado .406 de OBP.
Los otros jugadores cubanos con grandes habilidades para embasarse (mínimo 250 partidos jugados) que completan el top 10 son:
Bobby Estalella: OBP de .383 (620 H, 350 BB y 8 HBP en 680 juegos).
Yandy Díaz: OBP de .372 (451 H, 237 BB y 12 HBP en 472 juegos).
Rafael Palmeiro: OBP de .371 (3020 H, 1353 BB y 87 HBP en 2831 juegos).
Bernardo Baró: OBP de. 367 (468 H, 129 BB y 3 HBP en 387 juegos).