Por Katherin Rios (estudiante de periodismo)
ESTE TRABAJO TIENE FOTOS/CAPTURAS DE PANTALLA CON CONTENIDO EXPLÍCITO
No es Yordanis Samon uno de esos peloteros asiduos a las redes sociales, al menos a interactuar con los aficionados. Su pésima ortografía y su corto vocabulario tal vez lo avergüencen aunque mantiene desde hace un tiempo su cuenta de Facebook donde hace apariciones esporádicas.
Después de sus polémicas declaraciones a Radio Rebelde donde se quejaba de las atenciones recibidas por los directivos de la capital durante su estancia de tres años con el equipo Industriales y “amenazaba” a la dirección de deportes o al gobierno capitalino con trasladarse a otra provincia si alguien le diera “mejores atenciones”, ha arremetido con ofensas y malas palabras contra una fanaticada azul que se siente insultada.
“Primero tienes que saber para hablar comepin……”-le escribió a uno en uno de los grupos de Facebook. “Maric… ¿qué habanerito bateó más que yo?-Le dijo a otro, en una publicación del grupo Orgullosos del Beisbol Cubano.
Samon no se ha podido aguantar y ha estallado su ira contra los fans de Industriales que no entienden de desamores con su equipo favorito ni de personajes que se venden al mejor postor por un “puñado de monedas”. Las respuestas de Samón no sorprenden y dejan mucho que desear:
Samón es un pelotero extraclase, un bateador natural que no entiende de problemas físicos ni psicológicos. Durante sus 19 campañas nacionales promedia para más de 340 de average y le faltan 14 jonrones para llegar a los 200 en su carrera deportiva, pero, ¿todo esto lo avala para sentarse a pedir cosas a costa de amenazas?
Por supuesto que la gran mayoría de nosotros estamos de acuerdo que los peloteros necesitan la atención que se merecen, una mayor remuneración y unas mejores condiciones de vida, pero este caso específicamente es muy peculiar.
Partimos del caso que a este señor, granmense de nacimiento, ya le ofrecieron una casa en su tierra natal después de varios años sacándole humo a los maderos y luego emigró a Matanzas abandonando a los suyos, donde según cuentan los aficionados recibió muy buenas atenciones por parte de las autoridades.
No satisfecho aun, recaló en la capital del país detrás de Víctor Mesa cuando le dieron la dirección de Industriales y aquí, le han ofrecido otra casa que no quiere por estar en malas condiciones, lo que ha provocado su descontento y sus “pataletas”.
¿Qué quiere Samon? ¿No sabe este personaje el tremendo problema habitacional que existe en la Habana, donde la mayoría de las viviendas están en mal estado, ocurren derrumbes con frecuencia y muchas familias viven hacinadas por este motivo?
¿No conoce de la pirámide invertida, donde ingenieros, maestros, médicos y profesionales de toda índole que hacen mover al país viven en condiciones deplorables, estirando sus salarios que no le alcanzan para terminar el mes?
¿Quién se cree que es por dar cuatro “palos” a un picheo en crisis donde las mejores figuras y los prospectos apenas se encuentran en la Serie Nacional?
Ahora, aunque dice que extraña a su familia no habló de regresar a su tierra (algo que todos hubiéramos entendido perfectamente), suelta palabras al viento buscando al que más ofrezca en un tremendo irrespeto al equipo insigne de la pelota cubana, al que más trofeos ha ganado en la historia y el que arrastra multitudes.
¿Qué se podía esperar de un tipo sin identidad, que no sabe ni sabrá jamás lo que es el amor a una camiseta, defender con vergüenza los colores del lugar donde naciste o te hiciste persona?
Seguro estoy que hay decenas de glorias deportivas en la capital con múltiples problemas y necesidades. Peloteros que lo dieron todo en su momento por este azul y que se merecen mucho más que este hombre, que para colmo, el destino quiso que no ganara nunca un campeonato con ninguno de los equipos por donde transitara.
Nosotros los Industrialistas ya no queremos gente así en nuestras filas. Aquí hay espacio para el que sale al terreno con convicción a darlo todo por su provincia, para el que con humildad quiera progresar y necesite atenciones pero que estas no estén a la venta ni se materialicen a costa de amenazas que pongan en juego el futuro de nuestro equipo favorito. ¡¡Adiós Samón¡¡