Por Juan Páez
Víctor Víctor Mesa tendrá en el 2021 un año bien importante en su carrera. En octubre se cumplirán tres años desde que los Marlins de Miami lo firmaron junto con su hermano y, luego de no jugar en 2020 por la ausencia de acción en Ligas Menores, le toca mostrar lo mejor de sí en la venidera temporada. Todo indica que el habilidoso jardinero, ahora con 24 años de edad, podría estar a las puertas de su estreno en las Grandes Ligas.
Para esta zafra, el mayor de los Mesa Brothers se encontrará nuevamente entre los más promisorios prospectos de los Peces. De hecho, MLB.com lo nombró el segundo mejor patrullero central de todas las Menores, solo por debajo de Buddy Reed, la promesa número 24 de los Atléticos de Oakland. Y es que es precisamente su calidad defensiva el principal arma del cubano para lograr ser un miembro más de la armada nacional en la Gran Carpa.
En 2019, su única campaña hasta ahora en las sucursales de su organización, cubrió la pradera central durante 860 innings entre Clase A fuerte y Doble A. ¿El resultado? 228 outs concretados, 11 asistencias, tres dobles matanzas y ningún error. Además, según los reportes, su brazo es de antología, algo que también se demuestra en la cantidad de asistencias acumuladas.
Mesa tendrá el reto de tratar de equiparar su ofensiva con su defensiva o al menos llevarla a niveles más equilibrados, pues su comportamiento en el center field ya es de un grandeliga, contrario a su accionar en el plato. En 116 desafíos entre las categorías mencionadas, Víctor Víctor no fue consistente con el madero, tuvo problemas para embalarse constantemente y fue casi nulo en cuanto a poder, lo que se refleja en su línea de bateo: .235/.274/.263. Como puntos positivos, robó 18 bases en 20 intentos y se ponchó solamente en 64 ocasiones a lo largo de 503 apariciones al plato.
Aunque tales estadísticas mejoraron un poco en una mucho menor cifra de compromisos (17) durante su pasantía en 2019 por la Arizona Fall League (.271/.297/.329), Mesa debe seguir trabajando.
Su performance más reciente hace pensar que, ganando una mejor forma física y mayor fuerza, el antillano puede convertirse en un bateador de líneas. Algo que lo podría ayudar es que aparentemente ha estado preparándose junto a los hermanos Gurriel, bateadores establecidos en el big show. De esa manera, contando además con su defensiva y velocidad en las almohadillas, no debería tener problemas para establecerse en la Gran Carpa.