Por Alexander García
A simple vista parece no tener nada, ni un físico imponente, ni un estilo llamativo, menos una gran velocidad, de hecho, al verlo uno piensa que no aguantará cinco minutos en el box, pero no, Yankiel Mauri dibuja sus lanzamientos como pocos ahora mismo en la pelota cubana, bordea las esquinas, combina bien sus rompientes y siempre se muestra por encima de los bateadores en cada turno que enfrenta.
Ahora mismo pudiéramos estar hablando del mejor lanzador de la Serie 60 y si los Gallos de Sanctis Spiritus andan en la punta de la tabla es gracias en buena medida al desempeño de Mauri, pues un gran por ciento de las victorias han pasado por las salidas de calidad del talentoso lanzador.
Si bien sus funciones han estado signadas al relevo, al instante de escribir este artículo, Yankiel Mauri había obtenido 10 victorias con solo 2 derrotas, así como 5 juegos salvados, todo ello en casi 60 innings de labor y mostrando un excelso promedio de carreras limpias de 1.40.
Igual en varias entrevistas Mauri ha expresado que prefiere abrir partidos pero igual está preparado para cumplir cualquier función ya que para ello se obsesiona a diario con los entrenamientos.
En este minuto señores, no hay nadie con semejante labor y valga acotar que no se trata de hoy, ni de ayer, más allá de palabras huecas, es el fruto de la constancia en su preparación desde la categoría sub 23 que ya en la Serie 59 surtió efecto.
Hablamos de un hombre que, como tantos en la Serie Nacional, no cuenta con el seguimiento mediático de los medios, aun rindiendo de la forma en que lo hace y tal vez aquí este buen parte de su grandeza o el significado real de lo que va alcanzado en esta pelota.
Ya antes de la Serie, se pudo ver en par de trabajos periodísticos, de medios de su provincia, a un Mauri consagrado a sus rutinas de preparación rumbo a la temporada y enfocado en mejorar su actuación en esta campaña, más cuando se llevó todas las palmas en el equipo Cuba sub 23 que obtuvo la plata en el ultimo Campeonato Panamericano de la categoría.
A simple vista Yankiel Mauri parece no tener nada, pero cuando sube a la lomita y comienza a lanzar lo hace como pocos, pichea incomodo y se muestra dominante, como los hacen los grandes y esa parece ser su cruz.
Nos vemos a la vuelta.