Yoan Moncada como los grandes…¡Al fin brother!

Por Alexander García Milián

La noticia copó titulares en los principales medios deportivos; Yoan Moncada  tomó el liderato de bateo de la Liga Americana en la MLB.

La temporada es joven, los equipo no llegan a los diez juegos pero esto puede ser un buen augurio de lo que ya hablábamos por aquí; este puede ser el año tan esperado para el cienfueguero y quizás de ahora en adelante tengamos a la gran estrella del béisbol cubano en Estados Unidos y en el mundo.

Desde el comienzo Moncada vivía de especulaciones y empoderamientos- será una figura, es la próxima revelación de la pelota- mucha alabanza, pocos hechos, bueno, casi ninguno.

A finales de la semana pasada, veo en Youtube, en condensed game, en un partido contra Cleveland, el primer turno de Moncada contra el estelar Corey Kluber y sin más ni menos, Yoan saca línea sólida hacia el right field, – le dio como quiso- pienso y comento con unos amigos;- se ve confiado, seguro- alego y entonces ya al en su penúltimo turno, Moncada dispara largo batazo por el right field,- el jonrón más largo de su carrera en MLB;- esta prendido- sigo creyendo.

En los entrenamientos de primavera, Yoan había dado una clarinada- pocos creyeron en él- venía de una temporada algo mediocre y solo podía ser una racha- pero no, el hombre se preparó, se preparó bien; le puso interés a su entrenamiento, tal como alegara en varias oportunidades a medios de prensa en Chicago.

Aquí en Swing Completo hemos comentado sobre el tema Moncada, el tipo de los ponches, bueno algunos incluso por ahí le apodaron “Pancho croqueta”, el “K” Moncada, no obstante igual Yoan parece que saca el carácter, también tiene a Pito, ahora este año a Yonder Alonso; tiene también a la sombra a Eloy Jiménez y al mismo Luis Robert- la figura soy yo- parece transmitir en una  de esas pícaras sonrisas que esboza a menudo.

Es el tipo que se puso las pilas, que saca el extra, es un deportista más serio, hecho de verdad para estos empeños; sí, llegar, pisar una grama en cualquier estadio de MLB y decir- ¡waoo ¡  llegué!-  no como un mero flujo de conciencia, sino como algo más allá, como la convicción que un día hizo que un chamaco, joven, de 19 años, decidiera irse por ahí, sorteando peligros para llegar a buscar su sueño.

Nos vemos a la vuelta.

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