Por Alexander García
Parece la historia de otro renacido, de otro de esos con mala suerte que en su momento hicieron pensar que llegarían lejos, que brillarían, pero, de pronto se esfuman, por lesiones, por bajo rendimiento, por cualquiera de esos avatares que puede poner la vida y si hace siete u ocho, hasta nueve años atrás, Yoel Suárez fue uno de los brazos de hierro de los Cocodrilos de Matanzas bajo la égida de Víctor Mesa, hoy, el terreno de béisbol lo vuelve a reivindicar.
Cuando uno lo mira parece algo más, uno más, otro de esos tantos del montón, pero no, sabe mover la recta, a veces ni llega a 85 millas, pero la tira incómoda y eso pesa tanto o más que una recta dura al medio. Cuando uno lo ve ahí en el box, no cree que vaya a ser tan dominante, pero lanza con inteligencia, bajito, explota su sinker que se le abre criminalmente a los zurdos para poncharlos y cuando tiene poder sobre su slider, ahí sí, ya eso es de recoger e irse.
Lo cierto es que Yoel Suárez como el renacido, como el hombre que regreso de la nieve, fue un paño de lagrimas para Ferrer en la fase clasificatoria y hoy, después cuando los Cocodrilos eliminaron a los Leñadores va siendo el talismán, el hombre grande, quizás el as bajo la manga para luchar por el campeonato otra vez.
Si el año anterior los yumurinos tuvieron al zurdo Yamichel Pérez, esta campaña sin dudas, Suárez va siendo el hombre del momento, primero por su relevo ante los Elefantes en el primer duelo de los Playoffs, luego por esta salida en el octavo, una salida de mil quilates ante los Leñadores de Las Tunas, ante la mejor tanda de los Leñadores de Las Tunas, con dos en base sin out lanzado ante los hermanos Alarcón y Rafael Viñales.
En su momento, allá con Víctor, Yoel llegó a ser el número uno del staff, a veces el dos, pues cedía ante el empuje de Jorge Martínez, hoy, sin mucho ruido, sin tantos bombos y platillos, sin algarabía detrás, sale a hacer su trabajo y lo hace como nunca, con temple, sin miedo, a veces uno lo mira y parece no tener miedo, todo lo que ha hecho es de grandes y si los Cocodrilos, hoy pueden sonar es gracias a Suárez.
En lo personal, esta actuación del derecho matancero ha sido lo mejor que he visto en esta postemporada de la Serie 60, pues en el juego 3, el más tenso, en el momento clímax de esta semifinal, Yoel Suárez le volvió a dar vida a los actuales campeones con sobriedad, con calma y eso es lo que pone a delirar a los fanáticos.
Nos vemos a la vuelta.