Por Alexander García
Pudieran escribirse tantas cosas de Yoenis Céspedes, miles de crónicas, sendos perfiles, una biografía a lo Gay Talese, pudieran ser tantas cosas con Yoenis, con la potencia; la fantasía convertirse en realidad, las dudas en verdades absolutas, es que las personalidades son así, como siempre destellan luz por ellos y por los que lo rodean.
Hoy, cuando parece haber pasado cien mil hechizos, hoy el de Campechuela se apresta a llegar en plena forma a esta nueva temporada de MLB que empieza a finales de marzo y se cómo muchos que la volverá a romper…
Sale la imagen nítida de Félix Hernández en el banco de los Marineros, el “ Rey” tira la gorra contra el piso, parece que explota, mira hacia el terreno y ve al cubano Yoenis Céspedes pasar por tercera…segundos antes… el criollo la había sacado de línea…
En el debut fue así, pero pudo ser también con el aquel jonrón kilométrico ante Freddy García– ¡A Campechuela la mando el cubano!- dijeron los narradores.
Cuando Céspedes debutó con los Atléticos de Oakland, parecía una figura enjuta, achicada al lado de tantos monstruos y ya hace de eso unos ocho años, ha pasado tanto desde entonces, juegos de postemporada, derby de jonrones, la evolución de una leyenda que hoy es orgullo nacional.
… A sus casi 35 años, Yoenis trata de reinventarse y dar su mejor versión; es su figura inmensa más allá de infantiles desagravios- ¡Estoy listo para el día inaugural!- alega a los medios con porte seguro.
… Entonces…
Y cuando los Mets intentan hallar el camino, entra Carlos Beltrán y renuncia, la relación entre la gerencia y Yoenis parece quebrarse también, todos hablan de mala suerte, de inquina contra el criollo, el rumor se acrecienta, la prensa neoyorkina hace de las suyas como siempre… la pausa se impone, el impasse se extiende demasiado y Céspedes aparece de pronto en una práctica de bateo luciendo descomunal, seguro, es siempre tan determinante.
Si hoy las proyecciones dan a los Mets ganando el Este de la Liga Nacional, por encima de Philies y Nacionales, si los rostros de Pete Alonso, Jeff McNeil y Robinson Cano perfilan una tanda de respeto que pretende soñar, señores cuenten con Céspedes, cuenten de a todas con él, si está sano y ya lo dijo, si empieza en marzo y todo marcha bien con la salud, cuenten con él.
Si cuando llegó a Boston parecía el límite, el lugar para hacerse un grande, si cuando eso pasó hubo un más allá y entonces Céspedes llegó a Detroit y todos seguimos soñando; el destino siempre impone seguir adelante y hoy no es la excepción, en este cruce de caminos, reinventándose por enésima vez, en septiembre, la “Potencia” será una de las figuras a reverenciar en Nueva York.
Nos vemos a la vuelta.