El espirituano Yuli Gurriel está viviendo un momento crucial para su futuro en Grandes Ligas. Si pretende mantenerse al menos un año más en el mejor béisbol del mundo, debe demostrar que a sus casi 39 años tiene aún mucho que aportar.
Si miramos lo hecho por el cubano durante los dos primeros meses de manera general, podemos fácilmente percatarnos de dos detalles importantes. Por un lado, sus números fueron inferiores a los del mes de abril, pero también tuvo mayor participación, pues de 14 partidos disputados en el primer mes de competencia, elevó la cifra a 20, todos como titular, ocho más que en el mes anterior.
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También hay otro detalle, Yuli vivió el mes en dos mitades diametralmente opuestas. Mientras en sus últimos 14 partidos dejó línea ofensiva de .394/.500/.546/1.046 (AVE/OBP/SLG/OPS), en los primeros seis apenas bateó de 42-7 (.167), con dos dobles, un jonrón y cuatro empujadas.
El punto más alto de su rendimiento llegó sin dudas en Denver, cuando bateó de 12-9 con un doble, dos triples, una base robada, un boleto, sin ponches y dos impulsadas, ambas sirvieron para dar ventaja a Miami. Ese rendimiento le hizo escalar 57 puntos de average durante el enfrentamiento con los Rockies.
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En total Yulieski cerró el mes con slash line de .267/.345/.400/.745, inferior al .306/.359/.449/.808 que dejó en abril. Aunque es justo decir que su número de extrabases se duplicó, seis por tres, empujó dos carreras más (siete por cinco) y anotó una más, claro, en seis juegos y ocho titularidades más.
Tras su actuación en los dos primeros meses de temporada y sin tener en cuenta lo ocurrido en el partido de la jornada de este jueves, primero de junio, ante los Padres de San Diego, Yuli promedia .282/.350/.419/.769, exhibe un OPS+ positivo de 111 y un WAR de 0.3.
