Por Jerry Díaz
Yuli Gurriel es, sin lugar a dudas, la figura más controversial y polémica del béisbol cubano en los últimos 15 años.
No lo es por declaraciones fuera de tono ni actitudes reprobables. El espirituano siempre ha dado todo por la camiseta que defienda y pocas veces (o casi ninguna) ha tenido palabras de más a periodistas o aficionados.
Durante su carrera ha acumulado méritos para ser considerado uno de los mejores peloteros de su generación. Grandes actuaciones con los Gallos, incluyendo su último partido con esta camiseta.
En la postemporada 2013 ante Matanzas, Yuliesky puso delante a los suyos con ventaja suficiente en el partido decisivo. Rectifico, evidentemente las 5 no lo eran, pues los Cocodrilos marcaron 10 en una sola entrada y sacaron a los espirituanos de la batalla por el título.
Con Industriales, la franela más “pesada” de la Serie Nacional, el Yuli tuvo un buen desempeño. En su primera temporada (2013-2014) bateó para .313 con 16 cuadrangulares y 69 remolques.
Luego de pasar por la Liga Japonesa con el DeNa BayStars a Gurriel el campeonato cubano se le quedó pequeñísimo. Su último año llevaba average de ¡589!, a pesar de no terminar la campaña y no alcanzarle los turnos quedó líder y recordista en ese departamento. Aún sumándole como fallos los turnos necesarios para disputar el galardón se mantuvo en .500.
En 2016, al término de la Serie del Caribe en Santo Domingo, República Dominicana el Yuli decidió no regresar a Cuba para buscar la meta de las Grandes Ligas.
En MLB ha sido parte de los Astros y ha participado en cuatro Series Mundiales si sumamos la de este 2022.
Sus defensores esgrimen como argumento la actuación en el mejor béisbol del mundo, con destaque en sus homeruns en momentos decisivos en ambos Clásicos de Otoño.
No cualquiera le despacha un vuelacercas a Clayton Kershaw para empatar un Juego 5 en el Minute Maid Park. Aunque con respecto a este batazo cabe destacar dos atenuantes. El zurdo de los Dodgers baja su efectividad en postemporadas y todo lo ocurrido con los Astros en 2017 tiene un asterisco por el escándalo de robo de señas.
En 2019 la Serie Mundial se fue a siete juegos. Otra vez en el Minute Maid Park Yuliesky despachó un homerun importante. Esta vez ante Max Scherzer (que sí lo hace bien en playoff) y para poner delante a su equipo (1×0).
Sin embargo, lo que no le perdonan sus detractores es aquel famoso rolling para doble play ante Korea en la Final de los Juegos Olímpicos Beijing 2008.
Pacheco tuvo la confianza en él (sea por las razones que sean) y obviamente la fanaticada cubana también. Aunque personalmente creo que no era el indicado para consumir ese turno al bate (el zurdo Malleta estaba en el banco), sí reconozco que esperaba un fly a los jardines para empatar el choque.
Para una afición tan “nacionalista” es mayor el dolor por un fallo con el equipo Cuba que la satisfacción de sus homeruns con otras camisetas.
Lo que otros no le perdonan es su “fichaje” por Industriales y las formas en que se dio. Era un momento en el que solo Víctor Mesa realizaba ese tipo de entramados para traer peloteros de otras provincias.
Es posible también que ser el “favorito” de gran parte de la prensa oficialista cubana le haya traído rencores por una parte de la afición.
Lo cierto es que ni sus fanáticos ni sus detractores carecen de argumentos, sean más sólidos o más endebles. La historia está escrita y no se puede cambiar. Sí, existió un doble play en Beijing y también par de jonrones en Series Mundiales, sucedió incluso más durante su carrera.
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