Por Pucho Oroza
La carrera deportiva de Yuli Gurriel ha sido exitosa por donde quiera que ha pasado. Sus números hablan por sí solos de la clase y la madera de este extraclase, hijo de uno de los grandes peloteros cubanos, y que llevar ese apellido, no le ha quedado grande.
Yulieski en su paso de 15 Series Nacionales en Cuba acumuló un average ofensivo de 337, producto de 1705 hits, para un promedio aproximado de 113 por temporada, 282 homeruns, un OBP de 423 sumado a un SLG de 594, cifras astronómicas, más cuando todos esos números fueron con bate de madera. En el momento en que salió del país, bateaba para 500 en la Serie Nacional, toda una barbaridad, demostrando que la Liga Cubana le quedaba chiquita.
En eventos internacionales, representando a Cuba, acumuló un promedio ofensivo de 311, con 33 vuelacercas, en ese momento era el pelotero activo con más cuadrangulares con las cuatro letras, además un SLG de 541. Muy loable actuación, ya que todo el tiempo jugó en la era del profesionalismo interviniendo en los eventos foráneos.
Objeto de muchas críticas, de malos cubanos que le han querido demeritar, alegando que no batea a la hora buena, Yulieski les ha hecho quedar mal, pues hasta la temporada pasada, sus estadísticas en MLB, el mejor béisbol del mundo, indican lo contrario.
Yuli, con corredores en posición anotadora en sus 5 temporadas en la Gran Carpa, una estadística muy seguida para evaluar la calidad de un pelotero, así como la concentración de la atención (Término de la Psicología Deportiva), en momentos de definición o llamado en Cuba, a la hora cero, batea para 319, con 164 hits en 514 veces al bate, OBP de 344, SLG de 508 y OPS de 852. Y en ese tipo de situaciones tiene 235 carreras impulsadas, los ilumino más, ha encontrado a 590 jugadores en posición anotadora y ha remolcado a 208 para un porcentaje de 35%, extremadamente bueno para MLB.
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Si a eso le sumamos que en sus 5 temporadas completas batea 287, con 565 hits, también, como en Cuba, para un promedio de 113 por año. ¡Espectacular! Además de que con sus últimos hits frente a Tampa en el 7mo juego del pasado play off por el banderín de la Liga Americana, se convirtió en el pelotero cubano con más indiscutibles en postemporadas, con 51, igualado con Yasiel Puig. Sin comentarios.
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Ahora, a sus recién cumplidos 37 años, se está mandando una temporada de ensueño, pues, como el buen vino, cada vez lo hace mejor. Si bien es cierto, que aún falta mucho por jugar, sus estadísticas en este comienzo hacen soñar a sus seguidores y lo reafirman como un soberano fuera de liga. Yulieski compila un AVE de 335, líder de la Liga Americana (estadística actualizada hasta el jueves 10 de junio), producto de 70 hits, con 45 remolques y 9 homeruns. Excepcional. ¿Cuál es el secreto?
Yuli en lo que va de año, presenta un OBP de 407, entre los mejores de todos los cubanos en MLB y muy por encima de la media que es en Grandes Ligas de 330, se le ha visto muy selectivo en home. Si bien es cierto que no es de muchas bases por bolas, tampoco es de los que más se ponchan, acumula un 8.4% de swing fallidos en la zona de strike y solo un 28% fuera de la zona. Muy bueno.
Además, su aceleración del swing le ha hecho un bateador temible pues tiene un promedio de velocidad de salida de 90.3 mph, esto le da confianza con vista al futuro, pues los jugadores que registran lecturas de velocidad de salida buenas, son candidatos para recuperarse de malas rachas. Para dar un ejemplo comparativo, solo para tener en cuenta este indicador, José Dariel Abreu, gran bateador cubano promedia 92.8 mph.
Otro factor que habla bien de su desempeño es su % de Hard Hits, esta estadística define una bola de golpe fuerte como una conexión sobre un lanzamiento superior a las 95 mph, el Yuli tiene un promedio de 43.2% sobre envíos sobre ese rango de velocidad. Notable para su edad.
Su zona de bateo y la facilidad para conectar a todas las bandas del terreno siempre fueron sus mejores aliados, pero si medimos su Barrel, o sea, aquellos batazos cuya combinación de velocidad y ángulo de salida de la pelota incrementan las posibilidades de convertirse en extrabase, obtenemos que Gurriel, tiene un 4.2%. Esto le ha permitido acumular un total de bases recorridas de 545, alto SLG, teniendo en cuenta que el promedio en MLB es de 420. Su poder real al bate, calculado mediante su ISO (Poder Aislado) es de 211. El Poder Aislado, no es más que la capacidad de un bateador para conectar extrabases y se obtiene de restarle al SLG el AVE, quedando los puntos de SLG correspondientes a los extrabases. En MLB, un ISO promedio se encuentra entre 140 y 150. Saque sus propias conclusiones.
Por último, en esta radiografía, he dejado una de las estadísticas ofensivas más importantes en el mundo de la sabermetría, el wOBA. Esta herramienta fue creada con el fin de evaluar el valor ofensivo de cada bateador, basado en los valores de cada evento del juego. wOBA está fundamentado en un concepto simple:
No todos los eventos tienen el mismo valor, como supone el promedio de bateo o el promedio de embasado, tampoco cada base alcanzada vale exactamente lo mismo, como plantea el SLG, menos aún puede ser utilizado el OPS, que plantea que dos estadísticas con diferentes denominadores deben ser consideradas con la misma importancia.
wOBA combina todos los diferentes aspectos en una sola estadística, calculando exactamente el valor ofensivo de un jugador. Se basa en un contexto neutral, lo que quiere decir que no importa si había corredores en base o los eventos se realizaron en juegos cerrados.
Bueno, en MLB, para ponerlos en contexto: 400 es excelente, 370 sobresaliente, 340 por encima del promedio y por debajo de 300 de pobre a horrible, pues Yulieski Gurriel en lo que va de temporada acumula 405 de wOBA, un número que refleja su valía en un terreno de juego. Para iluminarlos más, sin caer en comparaciones, Yordan Álvarez de gran campaña también tiene 376 y Pito Abreu, todo un referente al bate, ostenta 344.
Pero más que estos números, Gurriel ha demostrado que es un gran jugador de este deporte, su disciplina, su entrega en el terreno y en los entrenamientos, su humildad y valores humanos lo hacen uno de los grandes grandes del béisbol cubano de todos los tiempos, poniendo muy alto el nombre de Cuba y dando batalla a pesar del paso del tiempo.
Cubanos, no hay otra cosa que rendirnos ante un gran ser humano y un extraordinario pelotero. Basta ya de comparaciones, de críticas, parémonos de nuestros asientos y aplaudamos en ovación cerrada a esta gran obra escrita por este cubano, antes que las cortinas invisibles de su retiro se cierren y ahí entonces lo extrañaremos.