¿Después del 2020 qué? 4 cubanos terminarán contratos multianuales

Por Juan Páez Para nadie es un secreto que el béisbol cambia año a año en muchos sentidos y el mercado no está exento de estas variaciones. Hace una o dos décadas era normal ver peloteros de 38 años o más jugando a diario en las Grandes Ligas, pero esa realidad se ha visto distorsionada […]

Por Juan Páez

Para nadie es un secreto que el béisbol cambia año a año en muchos sentidos y el mercado no está exento de estas variaciones. Hace una o dos décadas era normal ver peloteros de 38 años o más jugando a diario en las Grandes Ligas, pero esa realidad se ha visto distorsionada en los últimos años y varios cubanos han sufrido de este fenomeno. La verdad es que cada vez hay menos oportunidades para los jugadores de avanzada edad y son menos los casos de veteranos de 38, 39 y hasta 40 primaveras.

También es cierto que debido a los grandes contratos y a los estrenos tempraneros (incluso a los 19 años), las figuras no se ven obligadas a permanecer activas por tanto tiempo.

En 2020, habrá al menos cuatro cubanos que —bien sea por edad, por contrato o por actualidad— afrontarán una situación difícil de cara a sus aspiraciones de seguir en la Gran Carpa en los próximos años.

1) Yoenis Céspedes: Yoenis Céspedes ya no es el muchacho de 26 años que debutó en las Mayores con los Atléticos de Oakland. Ahora es todo un veterano de 34 años (cumplirá 35 en octubre) y en medio de un momento complicado.

A causa de lesiones, la “Potencia” viene de jugar en 81 compromisos en 2017, en 38 en 2018 y de perderse todo el 2019. Aun así, se desconoce cuándo el jardinero podrá entrar de nuevo en acción con los Mets de Nueva York.

El antillano, quien en su mejor momento fue una verdadera estrella que podía hacerlo todo, entra al último año del acuerdo que firmó con los neoyorquinos en 2017.

Ciertamente, y dependiendo de cómo se desarrolle este 2020 para él, podría haber organizaciones interesadas en los servicios del slugger, pero le conviene finalizar con buena nota este torneo, a fin de amarrar un contrato para los próximos años.

2) Rusney Castillo: Quizás este sea el caso más difícil de todos los cubanos. Castillo es un pelotero que generaría interés merecedor de, al menos, un contrato de Ligas Menores, pero está a la espera de que finalice el millonario pacto que lo tiene atado a los Medias Rojas de Boston, algo que ocurrirá con el último out de la próxima Serie Mundial.

Pero eso sí, es necesario que el jardinero complete otra buena zafra con el Pawtucket, la sucursal Triple A de unos patirrojos que no parecen tener a Castillo entre sus opciones para Grandes Ligas.

El toletero de 32 años no juega en las Mayores desde 2016, pero es optimista de conseguir una negociación que lo lleve de vuelta al big show en 2021.

3) Yulieski Gurriel: El “Yuli” viene de su mejor temporada en Grandes Ligas, con más de 30 jonrones y 100 carreras impulsadas, pero cumplirá 36 primaveras en junio y este será su última temporada de contrato.

¿Podrá conseguir otro para 2021? Dependerá exclusivamente de cómo se desenvuelva el inicialista de los Astros de Houston en este venidero torneo.

A estas alturas, parece que solo una catástrofe en sus estadísticas o en su salud podría mermar de manera dramática las posibilidades de Gurriel de firmar por al menos un torneo más, para el placer de la gran mayoría de los cubanos.

4) Yasmany Tomás: El robusto slugger parecía atornillado en el futuro de los Diamondbacks de Arizona en 2016, cuando dio 30 dobles, 31 jonrones y remolcó 83 carreras, con un OPS de .820, pero las circunstancias no resultaron en consonancia con esas proyecciones.

La actualidad del “Tanque” se desarrolla en Triple A, con el Reno Aces. En 2019 tuvo una breve oportunidad en la Gran Carpa, pero cuatro juegos y seis turnos después, fue a parar de nuevo a la mencionada categoría.

En 2020 termina su contrato con los Diamondbacks. Lo positivo para él es la edad. Apenas cumplirá 30 años de edad en noviembre y pudiese encontrar trabajo en un conjunto de la Liga Americana como bateador designado o, buscando otros horizontes, marcharse a la pelota asiática.

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