DESCONOCIMIENTO de los rivales siempre le pasó factura a los Equipos Cuba

Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi) Los equipos Cuba que participan en los grandes eventos internacionales siempre han jugado a ciegas ante sus rivales. Es cierto que en las décadas de los 80’s y gran parte de los 90’s del pasado siglo los equipos que representaban a Cuba en los diferentes torneos internacionales no necesitaban conocer […]

Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)

Los equipos Cuba que participan en los grandes eventos internacionales siempre han jugado a ciegas ante sus rivales.

Es cierto que en las décadas de los 80’s y gran parte de los 90’s del pasado siglo los equipos que representaban a Cuba en los diferentes torneos internacionales no necesitaban conocer detalladamente a las selecciones rivales.

Aquellos equipos Cuba estaban llenos de grandes figuras que aunque para muchos eran amateurs, realmente eran profesionales del béisbol. Además de la calidad que poseían estos jugadores, hay que añadir la discreta competitividad que exhibían la mayoría de los contrarios.

No se puede tapar el sol con un dedo. Antes, los cubanos jugaban contra peloteros amateurs e incluso universitarios. Sí tenían talento varios de aquellos jóvenes que enfrentaban los cubanos. Algunos se convirtieron en estrellas al más alto nivel, pero en ese momento carecían de experiencia y lógicamente les faltaba por desarrollar.

Resumiendo, Cuba ganaba muchos torneos participando hasta con un segundo o tercer equipo. Los oponentes no siempre exigían el máximo. Podías ver un conjunto abajo en el marcador en las postrimerías del juego y sabías que iba a remontar en cualquier instante, eran muy superiores.

Ahora bien, todo cambió con la entrada de peloteros profesionales a estas justas. El giro para los cubanos fue radical en el presente siglo. Muchos jugadores talentosos nacidos en la mayor de las Antillas buscaron nuevos horizontes y otras naciones fueron subiendo el nivel de sus selecciones nacionales.

Cuba se fue quedando en el tiempo, por diferentes razones no podían contar con sus jugadores profesionales y el resto de los países sí. Entonces ya esa Cuba que alguna vez podía «apabullar» a casi todos sus contrincantes, era la que estaba en desventaja.

Esto lo estamos viendo en el presente Clásico Mundial de Béisbol. No están todos los peloteros cubanos que deberían estar. Claro, se respetan las decisiones de cada uno de los atletas. Pero estamos en desventaja en ese aspecto con el resto de los equipos participantes.

Teniendo en cuenta el nivel de competencia que muestra el Clásico Mundial en cada una de sus ediciones, debería ser indispensable que el equipo Cuba cuente con algún personal que garantice información detallada de los adversarios.

Sí, porque es inaudito que a estas alturas todavía no se haya aprendido la lección. Decisiones erróneas que han costado juegos claves y campeonatos por desconocimiento de las características de los jugadores contrarios.

Como dije anteriormente, esto es algo que siempre se ha podido palpar, solo que antes no se hacía ver por la notable superioridad de los cubanos ante sus oponentes.

Sentado en un sofá en mi casa, recuerdo que le comenté a un amigo «No puede ser, Baines es más bateador que Surhoff». Al parecer se dejaron llevar porque Baines tomaba un turno más atrás que Surhoff en la alineación.

Así fue, el jugador zurdo que acumuló en su carrera 2866 hits, 384 jonrones, 1628 carreras llevadas al plato y promedios de .289/.356/.465/.820, disparó cohete que a la postre resultó en la carrera del gane para su equipo.

El caso

Este jueves durante el enfrentamiento entre Cuba e Italia sucedió algo similar, salvando la distancia. La dirección del equipo cubano determinó pasar al campocorto David Fletcher, un bigleaguer que se caracteriza más por su juego defensivo que por su bateo, para trabajar a otro grandesligas, Nicky López.

Fletcher tampoco es un mal bateador, pero López en 2021 promedió .300 con los Royals en 565 comparecencias al bate y en este choque ya había conectado un imparable. Además de una línea que salió a una velocidad de 96 mph hasta el guante del antesalista Yoán Moncada en la octava entrada.

Es decir, López había lucido bien ante Raidel Martínez en su turno anterior, estaba en un buen momento ofensivo y deciden pasar a Fletcher para trabajarlo a él en la parte alta del décimo inning. La teoría de zurdo vs zurdo no funcionó con el italiano (nació en USA).

Al parecer no se tuvo en cuenta que López en su carrera ha conectado más cuadrangulares ante los pitchers zurdos que contra los derechos.

Si analizamos la carrera de ambos bateadores, la jugada no está nada mal. Fletcher es un jugador con mejores promedios en su carrera que López y batea a derecha. Pero el momento en el que llega al cajón de bateo López es insuperable. Le había pegado a la esférica en el mismísimo medio.

Los dioses del béisbol no perdonan, tantos intentos y toques de bola innecesarios. Manteniendo una filosofía de juego obsoleta, es imposible ganar. Se podía entender la presión de los jugadores y entrenadores cubanos. Pues López disparó sencillo al central que produjo par de carreras, suficientes para darle la victoria a los italianos.

El béisbol es un deporte para divertirse, más allá de perder o ganar hay que llevarlo a su máxima expresión. Así las cosas deben fluir mejor y los resultados positivos seguramente llegarán.

Al contrario hay que estudiarlo, analizarlo, conocer sus fortalezas y debilidades. Aunque no siempre las decisiones tomadas salen como uno desea, las probabilidades existen y eso es algo que debe tener en cuenta el equipo Cuba.

Es inaceptable que se llegue a un torneo de esta envergadura, como lo es el Clásico Mundial y no se conozca las características de los rivales. Se puede perder, pero agotando todas las posibilidades, trabajando en equipo, con todas las herramientas necesarias.

«Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y saldrás triunfador en mil batallas». Sun Tzu (El arte de la guerra).