Por Alexander García
Si hay algo que satanizó a Yuliesky Gurriel, fue ese batazo para doble play en la final de los Juegos Olímpicos de Beijing ante Corea en 2008.
Aquella fue una final de infarto Seong Yoop Lee, le había dado jonrón a Norberto Gonzalez al comienzo del juego y desde entonces dos carreras bastaron, pero en el noveno Cuba con bases llenas y un out parecía destinada a llevarse un histórico duelo… pero ya saben el final señores…rolling durísimo del Yuli sobre la almohadilla de segunda base para capitalizar la doble jugada.
Una sensación de impotencia inundó el ambiente en la Isla, pues los chicos de Antonio Pacheco dejaron a la afición con el sabor a victoria…
Matices de Beijing…
En suelo chino, todo había empezado a pedir de boca, pues en el primer juego contra Japón, a no estar Daisuke Matsusaka, los criollos le entraron por los ojos al entonces novel lanzador Yu Darvish.
La victoria ante los nipones fue celebrada como si se tratara de la medalla de oro; pues aún dolía la espina del primer Clásico Mundial.
También a Estados Unidos se le ganó un juegazo en extrainning y entonces comenzamos a soñar en Beijing y la isla, hasta que la piedra surcoreana salió como de la nada.
Hasta hoy, todas las interrogantes quedan ahí flotando; Héctor Olivera jugando en primera base, Norberto Gonzalez como abridor del juego final, carencia de estrategias oportunas, en fin, como siempre y más con el paso de los años, las cosas se ven diferentes, pues se pueden analizar con más profundidad y tal vez vayan por aquí.
Además…
Si miramos al torneo con una óptica macro, nos percatamos de que Beijing fue un certamen superior al de Atenas, había mejores rivales y lo cerrado de los marcadores en la mayoría de los juegos así lo demuestran pero igual teníamos equipo para el oro.
En este punto vale acotar que la selección nacional había tenido una preparación bien organizada y amen de algunas posibles ausencias, en suelo chino estaban los mejores jugadores en pos de revalidar la corona; incluso a Michel Enríquez se le había quitado la sanción para tenerlo disponible.
Más allá de Yuliesky Gurriel y su mala suerte, el bateo no produjo a la hora buena, quizás como reflejo de lo complicado que se pintaba el panorama para nuestro nivel desde ese entonces.
En un mundo tan agitado como este de hoy, la memoria a corto plazo define todo; cuando muchos le achacan las culpas a Yuliesky por la derrota ante Corea, los hechos, las circunstancias emergidas de los hechos y sus múltiples matices nos dicen otra cosa; ya en Beijing 2008 era una realidad, íbamos en caída libre hacia abajo.
Nos vemos a la vuelta.