Por Yasel Porto
Uno de los oficios que más ingresos genera para ciudadanos comunes dentro de Estados Unidos es el de camionero. Un gran número de cubanos han incursionado en los últimos tiempos en un giro que si bien por un lado genera muy buenos dividendos económicos también exige riesgos y sacrificios notables.
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Hace un tiempo presentamos en Swing Completo la historia del expelotero de Isla de la Juventud Jesús William Arcaya, pero hay dos que tuvieron un éxito superior dentro del béisbol que también pasan buena parte del tiempo en las carreteras estadounidenses.
Se trata de los conocidos Armando Rivero y Rayko Olivares, quienes formaron parte de aquel equipo capitalino que en el año 2010 consiguió el último título hasta hoy por parte de los Leones, con Germán Mesa como manager.
Rivero estuvo activo en el béisbol profesional hasta hace muy poco tiempo, incluso todavía no ha descartado completamente la posibilidad de un retorno a una liga con buena remuneración. Todavía tiene 34 años de edad, y según sus propias palabras se siente muy bien físicamente.
La última incursión de quien brilló como cerrador de Industriales en la citada Serie 51, fue dentro de la liga de Puerto Rico con los Criollos de Caguas. Eso aconteció en 2019-20 y finalizó con registro de 2-0 y efectividad de 2.19.
Después de eso llegó el COVID-19 y las exigencias económicas lo llevaron a dar un punto de giro que lo llevó a un mundo desconocido por completo.
En 2016 estuvo a un paso de subir a Grandes Ligas con los campeones Cachorros de Chicago, pero finalmente no le dieron el chance a pesar del excelente rendimiento en la clase Triple-A. Y después de eso vino la operación que lo sacó por un año sin que luego los Bravos de Atlanta le abrieran las puertas.
Residente en los alrededores de Miami Dade, el natural del municipio mayabequense de Melena del Sur realiza sus travesía dentro del mismo estado de Florida a diferencia de muchos otros con travesías interestatales.
Con respecto a Olivares, Novato del Año en la Serie Nacional 2006-07, estuvo con vinculación con la pelota por un tiempo desde que emigró a Estados Unidos, hasta que decidió cerrar ese capítulo y cambiar casi por completo el rumbo de su vida.
El oriundo del municipio habanero de San Miguel del Padrón se mudó de Florida a Houston, y desestimó el deporte como fuente de ingresos luego de incursionar como camionero dentro de Texas.
Con ambos mantengo las mejores relaciones y eso me permitió conocer de primera mano que el resultado monetario para ambos ha sido muy favorable. Claro, que como la inmensa mayoría de los que realizan este oficio siempre coinciden que el esfuerzo es grande por el largo tiempo que se pasa en carretera, y todo lo que eso ataña.
Como dije al comienzo, la cantidad de personas y especialmente de cubanos relacionados con esta profesión ha crecido considerablemente en los años recientes.
Muy pocos han dejado un lado la pasión de su vida para garantizar un mejor futuro a su familia, y no solo hablo de peloteros, pues hasta periodistas como mi amigo Daniel Palacios hoy viven muy satisfechos por la decisión tomada a pesar de todos los contra.