De contratos rotos y escapes en Miami: Las firmas de cubanos que quedaron EN BLANCO

Por Manu Pérez Desde que se dio a conocer que el equipo Cuba de béisbol estaría buscando su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en el torneo preolímpico de la Florida, empezaron a rondar los fantasmas de potenciales escapes. Precisamente como muchos preveían, apenas bajando del avión, llegó la primera escapada de la […]

Por Manu Pérez

Desde que se dio a conocer que el equipo Cuba de béisbol estaría buscando su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en el torneo preolímpico de la Florida, empezaron a rondar los fantasmas de potenciales escapes.

Precisamente como muchos preveían, apenas bajando del avión, llegó la primera escapada de la delegación cubana protagonizada por el segunda base cienfueguero César Prieto. Días después, con Cuba ya eliminada, abandonó el grupo el psicólogo del equipo.

Más tarde se conoció que el as del pitcheo de Cuba en los últimos años, Lázaro Blanco, abandonó también. El granmense no regresó a Cuba directamente ni tampoco tomó el vuelo hacia México donde debía incorporarse a jugar con los Saraperos de Saltillo.

El cuarto, y último por el momento en escapar, fue el lanzador capitalino Andy Rodríguez, que hace apenas horas se reportó desaparecido y no se presentó al viaje que tenía programado para Japón con el objetivo de reintegrarse a las filas de los Halcones de SoftBank.

Al César Prieto y Lázaro Blanco abandonar, no solo se desligaron del sistema deportivo cubano, sino que rompieron los contratos que habían firmado con sendos equipos de la Liga Mexicana de Béisbol bajo las condiciones de la Federación Cubana. Misma situación para Andy, solo que en su caso incumplió con un equipo profesional japonés.

El jugador de cuadro natural de Cienfuegos, tenía firmada su incorporación al club mexicano Olmecas de Tabasco. Esta firma se había concretado meses atrás y desde su cuenta en Twitter los Olmecas, el 18 de febrero, habían anunciado el fichaje del campeón de bateo de la última Serie Nacional.

La firma de Andy Rodríguez con los Halcones, campeones actuales  de la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB), se había dado desde el pasado  8 de enero y, antes de jugar por Cuba en el preolímpico, ya se encontraba teniendo participación con el equipo granja de Softbank.

En el momento que se dio su contratación, Andy comentó al respecto: “Esto para mi es algo muy bonito y muy bueno. Es un paso importante que doy en mi vida. Creo que lo voy a tomar con mucha responsabilidad y estoy dispuesto a realizar un muy buen trabajo”

Por su parte Blanco, que ya antes había experimentado en ligas foráneas en Italia y Canadá, había arreglado unirse a los mencionados Saraperos de Saltillo, también del circuito mexicano. Desde el 10 de marzo se había anunciado, a través del Twitter oficial del club, la llegada del cubano como uno de los refuerzos extranjeros de la temporada.

Al oficializarse la firma del granmense, este declaró a los periodistas que cubrieron la noticia: “Muy contento por ir a este contrato. Saldré a mostrar la calidad de nuestra pelota”

“Es un evento donde predomina la ofensiva y los pitcheos tienen que ser muy exactos. Ahí participan atletas que han pasado por Estados Unidos, pero pondré mi granito de arena para que Saraperos llegue a la postemporada”, agregó también.

Todas estas palabras quedaron solo en papel con la decisión de Blanco de permanecer en la Florida y comenzar una nueva etapa de su vida que, según en palabras de él mismo posteriores a su escapada, tal vez sea alejada del béisbol por cuestiones de edad.

Totalmente opuesta es la situación de César Prieto y Andy Rodríguez, que si bien rompieron sus primeros vínculos con equipos profesionales, por su talento y juventud, además instalados en Estados Unidos, muchas otras puertas se les abrirán paulatinamente.

La discreción con que se llevan a cabo las contrataciones de peloteros cubanos mediadas por las instituciones que rigen el béisbol en la isla, impiden conocer, por el momento, las implicaciones que puede desencadenar el incumplimiento de estos contratos por parte del trío de jugadores.

Indemnizaciones a sus respectivos clubes, a pagar  tal vez por la misma Federación Cubana, y problemas con futuras firmas dentro del béisbol profesional, como se han dado casos, son algunas de las consecuencias que podría acarrear esta ruptura sin vuelta atrás.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *