Por Yasel Porto
La conferencia de prensa de este miércoles en el estadio Latinoamericano sirvió para que se tocaran varios temas de suma importancia, luego de firmarse un acuerdo entre la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC) liderada por el italiano Ricardo Fraccari, y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) que hace muy poco tiempo tiene en el villaclareño Juan Reinaldo Pérez Pardo a su Presidente.
Entre los aspectos de mayor trascendencia que salieron a relucir en el intercambio entre funcionarios y la prensa nacional y extranjera estuvo el relacionado con lo que pudiera suceder en el futuro dentro de la Isla. Específicamente lo relacionado con un circuito totalmente profesional en el que no solo intervengan jugadores con residencia o ciudadanía cubana.
Fue una de las preguntas que se hicieron en la conferencia y la respuesta del Presidente de la WBSC fue bien clara sobre una liga rentada en la que confluyan criollos y foráneos.
Fraccari saludó la idea de un torneo con esas características y consideró muy positivo incluso que atletas extranjeros pudieran desempeñarse en dicha competición. El propio medio oficial del Instituto de Deportes, Jit, amplificó lo expresado por el directivo europeo.
Es válido decir que hace unos días el Presidente de la FCB había dado públicamente los primeros indicios de una futura liga de invierno en la que tomen parte jugadores «no federados». Hasta llegó a sugerir que la idea era que muchos optaran por jugar en Cuba por encima de otros países del área.
La pregunta sobre este tema dentro de la conferencia no fue pura casualidad. Lo expresado por Fraccari es la mejor muestra de que algo se está cocinando de cara al futuro. Quizá no tan pronto como 2022, pero para el año siguiente pudiera materializarse algo que rompería por completo el sistema implementado a nivel interno con el deporte después de 1961.
Sin embargo, un circuito rentado por completo, que no es el caso de la actual Serie Nacional (muchos la catalogan como semipro), implicaría muchos componentes complejos. Claro que la infraestructura económica es lo que más pesa, pero la inexperiencia de décadas en la organización de un campeonato profesional es otro factor preocupante que muchos señalan.
No obstante, el número de los que creen que la mejor solución interna para tener un torneo doméstico de cierto nivel es implementar un mecanismo al que se renunció hace 61 años.
Cuba fue el segundo país con la mejor liga profesional del mundo, la cual se desarrollo desde finales del siglo XIX y hasta que en 1960-61 desarrolló su última temporada. Un año antes se había cortado la presencia de jugadores foráneos por el agravamiento de relaciones con Estados Unidos.
Finalmente surgió el INDER, se abolió el deporte rentado de todo el sistema de la Isla, y en el caso de la pelota el poderoso certamen invernal de cuatro clubes fue sustituido por las Series Nacionales Amateurs. También se cortaron todos los vínculos individuales y colectivos con las Grandes Ligas, se dejó de estar presente en la Serie del Caribe y la franquicia de los Cuban Sugar Kings desapareció de las Ligas Menores.
Te puede interesar: Firmado Acuerdo Cuba-WBSC. Presidente Fraccari ASEGURÓ impacto mundial. Detalles
Después de muchos años de crítica al profesionalismo, Cuba fue dando pasos para volver a la época previa al amateurismo absoluto. En los años noventa se insertaron jugadores en ligas semipro de Colombia, Nicaragua y Japón, y luego se produjo el contrato de Omar Linares con los Dragones en la pelota mayor nipona. No sería hasta 2013 que oficialmente llegó la apertura definitiva para firmar en casi todos los circuitos de calidad a excepción de Korea, Taiwán y las Grandes Ligas.
Más tarde comenzó la negociación de un acuerdo con la MLB que caminó bien poco después de ser concretato a fines de 2018, y a nivel interno la Serie Nacional fue modificando su sistema de pago hasta ponerse a un escalón de la categoría profesional. Cobrar por practicar deporte y establecer niveles de pago en función del protagonismo, incluyendo premios en metálico, son ejemplos de la transformación que fue adoptando el principal evento deportivo en el plano nacional.
Para dar el último paso, que incluso le han exigido entidades como la Confederación Profesional del Caribe para ser miembro pleno de los clásicos caribeños, se necesita cumplir una serie de requisitos necesarios cuya complejidad es la que mantiene la duda en muchos especialistas y fanáticos. De ahí que incluso pueda ser éste un tema a profundizar en otro momento, tocando los pro y contra existentes dentro de una Cuba que no tiene nada que ver con la de la etapa profesional, y en la que cada día se agravan muchos de sus problemas fundamentales.