Exlanzador de Industriales, de pasear por el mundo a una cárcel en Cuba

Por SwingCompleto/ contacto@swingcompleto.com

Ha sido bien duro para todo el que ha ido a la cárcel por su participación en las protestas acontecidas por estos días en Cuba, sobre todo los que lo hicieron sin una pizca de violencia. Si complejo está siendo para el desesperado que nunca ha podido salir de Cuba, y conocer así lugares maravillosos y un sistema de vida con mayores posibilidades económicas, ¿cuán peor no la debe estar pasando psicológicamente aquel que viajó y visitó de todo, pero que luego regresó a la Isla donde terminó detenido y pendiente a juicio por su participación en parte de esos hechos tan trascendentales?

Ese es el caso del ex lanzador de Matanzas y los Industriales, Dayron Durán Canet, quien estuvo fuera de Cuba varios años después de tomar la decisión irrevocable según sus propias palabras de no seguir en la Serie Nacional y buscarse un contrato como profesional.

El joven de 22 años y natural del habanero municipio Regla, no solo estuvo en importantes lugares de República Dominicana relacionados o no con el béisbol, sino que llegó a viajar incluso a Canadá y Estados Unidos.

Su viaje a Canadá estuvo motivado por la presencia en Vancouver de su mamá y su hermano Henry, visitando no solo los sitios más importantes de una de las zonas más hermosas del segundo país más extenso del planeta.

Dayron había conocido anteriormente otros lugares especiales de esa fría nación durante su presencia en el equipo nacional que participó en la Liga Canadiense-Americana (Can-Am) en 2018. Por cierto, que gracias a su destacado rendimiento con Matanzas en la Serie Nacional y a la presencia cubana en esa liga independiente, talentoso diestro tuvo la posibilidad de pisar territorio americano por varios días y estar en zonas tan significativas como Nueva Jersey y especialmente Nueva York.

Pero de la misma manera que Durán tomó la determinación de dejar el béisbol cubano en el momento que había cumplido el sueño de vestir el uniforme del equipo Cuba y de los Industriales, tuvo razones que lo llevaron a volver a la Isla y desestimar la opción de mantenerse en Dominicana o Canadá, o haberse quedado en territorio estadounidense.

Nadie tiene derecho a cuestionar cada paso dado por él, ni para un lado ni para el otro, y aunque unos lo critiquen por dejar de aspirar a una mejor vida por retornar a un país lleno de necesidades y problemas, otros reconocerán el valor de haber formado parte de lo sucedido el pasado domingo sin pensar que las consecuencias de sus actos podrían privarlo de volver a disfrutar con su familia en un país más próspero, con la satisfacción de estar de nuevo en lugares especiales y conociendo otros gracias al trabajo de los suyos, y al camino que él mismo se pudo haber labrado.

No se tienen nuevas noticias sobre Dayron y su hermano. El periodista Francys Romero había indicado que “ambos habían participado en las manifestaciones, firmaron un acta de advertencia, pero al día siguiente fueron retenidos en el técnico de Alamar”.

El otro hermano del lanzador, Henry D. Canet, describió a través de una publicación en la red social Instagram, cómo fueron engañados sus dos hermanos “por la policía en admitir que habían participado en las protestas pacíficamente, a cambio de no volverlo hacer y firmar un acta de advertencia y virar al otro día a firmar” refiere la publicación.

Dicho post, señala que, “al otro día de convencerlos, los han detenido por varios días con amenaza de esperar juicio y años en prisión por solamente participar en la marcha. Ambos han tenido más que una vida ejemplar, de tranquilidad y estudios”.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, de la cual Cuba es firmante, en su Artículo 19 expresa que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Ojalá para Dayron y su hermano todo quede en amenazas, que el primero no tenga que arrepentirse toda su vida de haber viajado a Cuba, y que muy pronto pueda ir a otro país para retomar su carrera como pelotero, o su vida en general, pues con estos antecedentes le será casi imposible tener una vida normal en su lugar de origen.

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