Pelotero del Cuba de los 90’s eligió DREAM TEAM: «Los mejores defienden sus valores y su camiseta»

Por Jesús Pérez Vichot  (Chuchi) Ermidelio Urrutia es uno de eso jugadores que no solo dejan huellas por su calidad deportiva, sino también por su humildad y sencillez. Recuerdo un pasaje de uno de mis años como estudiante de Cultura Física en Mulgoba, Boyeros. En dicha escuela había un motel (no sé si existe aún) […]

Por Jesús Pérez Vichot  (Chuchi)

Ermidelio Urrutia es uno de eso jugadores que no solo dejan huellas por su calidad deportiva, sino también por su humildad y sencillez. Recuerdo un pasaje de uno de mis años como estudiante de Cultura Física en Mulgoba, Boyeros. En dicha escuela había un motel (no sé si existe aún) en el cuál se hospedaban los equipos de Industriales (Serie Nacional) o Ciudad Habana (Selectiva), además del equipo visitante que le tocaba jugar la subserie ante los de la capital.

Resulta que en una de las ocasiones que le tocó al equipo de Las Tunas enfrentar a los Industriales, estaba yo entrando a la instalación una de aquellas tantas mañanas y pude ver a Ermidelio conversando con uno de sus compañeros de equipo, me llamó la atención su pequeño y delgado físico, pero este no es el caso, lo que más me impresionó llegaría a continuación.

Por mi lado pasa una estudiante en bicicleta y cuando iba a unos veinticinco metros de distancia aproximadamente se le cae uno de los libros que llevaba en la parrilla trasera de la bici. Recuerdo que troté para alcanzarle el libro a la muchacha, pero alguien se me había adelantado, alguien que estaba aún más lejos del libro que yo. Pues el caballeroso sujeto que me había tomado la delantera era Ermidelio Urrutia, sí, la estrella del equipo de Las Tunas.

Debo añadir que en ese preciso momento que se le cayó el libro a la estudiante, en esa área habían jugadores de ambos conjuntos (Las Tunas e Industriales), y no eran pocos, esperaban el ómnibus que al parecer los llevaría al estadio (imagino a entrenar).

Lo más seguro es que no todos se percataron del percance de la estudiante, pero de lo que sí estoy seguro es que Ermidelio no dudó ni un segundo en brindarle su ayuda e incluso lo hizo con más premura que yo que estaba más cerca y había ido trotando.

Hace unos días contacté al tunero y accedió amablemente a responder varias preguntas para Swing Completo que les dejo a su consideración:

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¿Qué está haciendo actualmente Ermidelio Urrutia?

-Bueno, después que regresé de México, que estuve un año y tanto por allá, llevo un año en la casa. Me he tenido que operar dos veces, pero gracias a Dios y a los médicos que me atendieron estoy muy bien. Hace solo una semana de mi última operación y me estoy recuperando satisfactoriamente, me siento muy bien. Estoy en proceso de recuperarme totalmente. Aunque no estoy ejerciendo dentro del terreno todavía, permanezco en la casa.

Su hijo Henry está disputando actualmente la final de la Liga Invernal de Béisbol en República Dominicana, en la semifinal se lució con el madero. Digno heredero de su padre. ¿Qué nos puede decir al respecto?

-Primeramente, de Henry estoy muy contento, muy feliz de su actuación en Dominicana. No solo en Dominicana, porque también ha tenido muy buena actuación donde quiera que ha jugado, desde que empezó con los Orioles. Estoy muy feliz por la actuación que tuvo en la semifinal y espero que en la final le vaya igual.

La Serie Nacional de Béisbol comienza dentro de poco. ¿Cómo vé la salud de dicho torneo?

-En esta parte, lo que refiere a nuestra Serie Nacional, te diré que no es igual ahora que cuando nosotros jugábamos. Tampoco es igual la que se jugó la pasada temporada a la que está por llegar, por diferentes situaciones que confrontamos. Se especula mucho y a mí no me gusta especular. Pero sí te digo algo, nosotros tenemos mucho talento y la Serie Nacional es para llamar al público, que disfruten

»Tenemos mucho talento, como decimos vulgarmente: de abajo de una piedra sale un pelotero. Como ya te dije, no es una Serie Nacional como la de antes, no me gusta estar comparando épocas. Pero sí te puedo decir que no importa el béisbol o el equipo donde uno juegue, lo que hay que tener presente es que uno es pelotero y a eso se debe, porque le gusta.

»Estar en la pelota porque te gusta y lo disfrutas. Ahora, defender la camisa, tu provincia, tu país, tu equipo, es lo más meritorio que tiene un atleta. Defender las insignias del equipo por el que estás jugando, eso es muy importante. No importa dónde se esté jugando, para eso estamos, somos los protagonistas de un deporte tan bello como este.

»Muchos especulan de Cuba, que si esto o lo otro, no no no. Yo diría que los peloteros que se van del país y juegan en otras latitudes, en otros equipos, en otros países, ya sea Grandes Ligas o cualquier otra liga, han demostrado que Cuba es una potencia beisbolera. Ahí están lo números de muchos atletas que han jugado en otras ligas y han demostrado de lo que es capaz un pelotero cubano. Pasan menos trabajo para jugar en cualquier liga que cualquier otro pelotero.

»Te digo algo, En Cuba va a haber béisbol y talento hoy, mañana y siempre. Hay jugadores con más talento que otros, es lógico, pero en Cuba siempre habrá béisbol.

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En su etapa como jugador activo. ¿Qué jugador le impresionó más?

-Esta es una pregunta que se las trae, porque es casi una comparación. Pero te voy a decir, es muy difícil decir este o aquel pelotero, porque eran muchos en mi época, como se pueden mencionar de ahora. Le haces esta pregunta ahora a un pelotero en su época e igual te puede decir cuántos peloteros le impresionan.

»A mí me impresionaron muchos peloteros de mi época y anterior a esta. Era muy admirador o fanático de La Habana, cuando jugaban Gerardo Egüés, Capiró, Hechemendía, toda esa gente. Yo veía a esos jugadores como gigantes y quería ser como ellos. Yo era un guajirito que andaba descalzo en Macagua, era chiquitico.

»Ya cuando empiezo a jugar, mi ídolo fue y será siempre Víctor Mesa. Un rival digno, por su manera de jugar, por su explosividad, por su temperamento dentro del terreno de juego, para mí siempre será mi ídolo. Éramos rivales y CF, a pesar de ser contrarios, fuimos compañeros de cuarto, y no te voy a decir que estaba Javier Méndez y otros CF, pero ya te digo, Víctor Mesa fue, es y será mi ídolo. No quiero polémica con esto, cada persona dice lo que piensa, tiene su manera de expresar sus cosas. Pero sí era digno de admirar ver a Víctor Mesa jugar pelota, lo mismo dentro que fuera de Cuba, en el quipo Nacional, con Villa Clara o en la Selectiva.

De los lanzadores que enfrentaste durante toda tu carrera. ¿Cuál se te hizo más difícil de batear y a cuál le conectaste con mayor facilidad?

-Para mí todos los lanzadores eran difíciles, pero había uno que me dominaba con mucha facilidad, era Julio Mantilla, de Ciego de Ávila. Incluso no era un pitcher de equipo Cuba, creo que nunca estuvo en la Selección Nacional. Sin embargo, se me hacía difícil. Batearle, sí, le bateaba bien a muchos, porque mantenerse durante 16 series y en casi todas batear por encima de .300, quedar líder en jonrones en una selectiva y líder en jonrones en una Serie Nacional, creo que había que batear y más en esa época con aquel pitcheo. Porque había un super pitcheo, para admirar. Te montabas en la guagua para ir a cualquier provincia y en mi caso yo iba pensando a qué pitcher te ibas a enfrentar. Yo me preparaba mucho antes de llegar a las provincias que iba a jugar, porque era tanta la calidad del pitcheo que tenías que prepararte mucho antes.

¿Te hubiera gustado jugar en las Grandes Ligas? De haberlo hecho, con cuál equipo hubieses querido jugar.

-Mira, como se dice vulgarmente y disculpa la frase. Jugar Grandes Ligas no fue mi inspiración, ni mi intención. Todavía estoy aquí y ni lo pienso, prácticamente no veo juegos de esos. Como siempre digo, era otra época, yo me dediqué plenamente a jugar mi pelota en Cuba, mis Series Nacionales, mis Selectivas.

»Cuando me dieron la oportunidad de estar en una preselección y ganarme un puesto con mucho sacrificio y en contra de todos los pronósticos, porque prácticamente a mí no me querían en ningún equipo, ni en mi municipio, porque era muy pequeño y flaquito. Pero poco a poco fui demostrando, no a nadie, sino a mí mismo, demostrándome de lo que era capaz.

»Hasta donde jugué creo que lo que mejor hice y anhelé fue defender mi camisa, mi país, el equipo Cuba. Nunca pensé jugar Grandes Ligas porque no pasó por mi mente. No es que esté en contra de los que están jugando en las Grandes Ligas, en otros países u otras ligas. Me tocó jugar después de retirado en Japón y lo hice muy bien también. Nunca pensé en jugar Grandes Ligas porque no era el estilo en aquellos tiempos, pero estoy muy feliz por haber jugado en Cuba, con la Selección Nacional y en Japón.

¿Cómo sería un equipo ideal de nuestras Series Nacionales según su criterio?

-Mira, esta pregunta no sé si responderla, pero un equipo ideal en cualquier serie es el que sepa defender sus valores, su camiseta, que sabe defender su turno al bate, su juego de béisbol, ese es el equipo ideal, no es el que tenga nombres. Eso ha pasado en muchas ligas, en Series del Caribe, como mismo sucede en el fútbol, ha pasado con Brasil, con tantas estrellas y muchas veces no pueden ganar, son cosas que pasan.

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»El equipo ideal es el que se tira al terreno a defender su camiseta, su estancia en el terreno de pelota, ese es el equipo ideal. ¿Quieres ver un equipo más ideal que el de Cuba cuando nosotros jugábamos? Donde estaban Víctor Mesa, Casanova, Linares, Pacheco, Kindelán, Ulacia, Germán, Vargas, yo. Te estoy mencionando algunos. Víctor Mesa y yo éramos rivales, pero cuando estábamos juntos en un mismo conjunto de pelota éramos un equipo.

»Un equipo donde todo el mundo sabía qué hacer, apoyar a su compañero aunque juegue por encima de tí. En un equipo ideal cada cual debe saber la misión que tiene dentro del conjunto. Si me toca estar sentado tengo que apoyar al que está bateando, a ese que aparentemente es mi rival porque juega por encima de mí. Por eso el equipo Cuba no perdía. No por nombres, sino por cada atleta que se tiraba al terreno a hacer lo que le tocaba.

¿Cuáles son los mejores jardineros centrales que ha podido ver?

-Esta de los mejores jardineros centrales es otra pregunta que se las trae. Porque han pasado muchos super buenos aquí en Cuba. Mencionaré algunos y que me disculpen los que no menciono por causa de que no recuerdo. Incluso jardineros centrales que no estuvieron en el equipo Cuba. Porque hay que tener esto en cuenta, te puedo mencionar algunos que no hicieron el equipo nacional, como es el caso de Gerardo Simón. Te puedo mencionar a Fermín Laffita, Rigoberto Rosique, te estoy mencionando jardineros centrales de épocas en las que yo no jugaba. Cuando vemos más acá, aparecen Víctor Mesa, Pepito Estrada y mi gran amigo Javier Méndez. Yo no me ví, a mí me vieron. Siempre se me quedan algunos que fueron muy buenos en Cuba y fuera de Cuba también, que ahora mismo no recuerdo.

De los jugadores cubanos que militan actualmente en las Grandes Ligas. ¿Cuáles vé con más talento?

-Esa lista puede ser larga, pero no tengo noción de muchos atletas, como no jugaron conmigo. Hay muchos que están ahora que no conozco, pero te puedo decir algunos que yo ví nacer, como son los casos de Yulieski Gurriel y el cienfueguero Yoán Moncada, que fuí entrenador de él en el 15-16. Pero para mí uno de los que más talento tiene y está llamado a hacer cosas grandes en Grandes Ligas es Yordan Álvarez, que también fue atleta mío aquí en los juveniles y el equipo de Las Tunas.

»Para mí es uno de los fuera de serie de estos tiempos. Hay muchos peloteros cubanos con talento en Grandes Ligas, en Triple A y Doble A que han surgido de la cantera que tenemos aquí en la isla. Para mí es un honor que algunos hayan pasado por las manos de nosotros, que lo hayamos entrenado, es un gran honor.

¿Algún jugador foráneo en específico que le llamara la atención en los eventos internacionales que participó?

-Fueron muchos los jugadores de otras naciones que me causaron admiración. Te puedo mencionar a los norteamericanos Jim Abbott, Ty Griffin y Robin Ventura, a Hideo Nomo y Suzuki por Japón. Te digo, para mí era un honor, un orgullo jugar contra esos jugadores de otras latitudes que me causaron gran admiración. Algunos los ví jugando después en las Grandes Ligas. El mismo Matsuzaka, es que son muchos. Hay otros que recuerdo, pero no así sus nombres.

-¿Los estadios en los que más disfrutó jugar?

-Fueron varios los estadios aquí en Cuba en los que me gustaba jugar. El Guillermón Moncada de Santiago de Cuba, jugar en esa plaza no era fácil. Me gustaba también jugar en Holguín. Pero te voy a decir algo en lo que coincidimos casi todos los peloteros. El que no juegue en el Latinoamericano, el que no disfrute en el Latino, no es pelotero. El Latino es la prueba de fuego de todos los peloteros cubanos.

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De todos los managers que tuvo en su etapa de jugador. ¿Con cuál se queda?

-Serían varios, pero Jorge Fuentes fue el mejor que yo tuve. Me refiero al equipo Cuba. Tuve muy buenos directores, es digno de reconocer también los que pasaron por aquí, por la provincia de Las Tunas. De los equipos orientales, Carlos Martí, Tico Hernández, Rosique que me dirigió también. Fueron muchos los directores que constribuyeron a mi desarrollo, estadía y formación como atleta. Ellos también merecen ser reconocidos y respetados. Soy uno de los atletas que más directores tuvo y los respeto a todos. Como Pineda, mi gran ídolo como director, fue el primero que me llevó a un equipo Cuba. Lo recuerdo siempre como un hombre grande, un entrenador grande y un gran amigo.

También fuiste manager. Si tienes que escoger un entrenador de pitcheo y uno de bateo. ¿Quiénes serían los elegidos?

-En mi estadía como director del equipo de Las Tunas tuve algunos entrenadores de pitcheo, incluso le pedí ayuda a dos. Uno fue Cortina, que mantuvimos contacto pero no pudo venir, el otro fue Bosmenier, de Pinar del Río también. Ya te digo, tenemos buenos entrenadores de pitcheo, pero esos dos eran los que hubiera querido.

Del equipo Las Tunas no se transmitían muchos juegos por la Tv, pero sí pudimos disfrutar en ocasiones de tus elegantes fildeos «en bandeja» en la pradera central. ¿Cómo desarrollastes esa habilidad?

-Mira, esa fue una mala suerte que tuvimos nosotros. Cuando yo jugaba, el equipo de Las Tunas no salía del lugar 16, siempre éramos los últimos, por ende no se transmitía. Cuando yo empecé en la pelota me lastimé el brazo de tirar, jugando shortstop en una provincial juvenil me lo lesioné y estando en la preselección me pasaron hacia los jardines. Yo tenía un excelente brazo y ahí el entrenador Ramón Tejeda, más conocido por Pipo, ya fallecido, fue el que me hizo jardinero de verdad. Él me amarraba un cinto en el brazo derecho y ahí comencé yo a fildear con una sola mano. Sin saber que eso me llevaría prácticamente a no poder fildear con ambas manos, así creé ese estilo.

»Más adelante pude ver a Gerardo Simón que era el único que fildeaba en bandeja aquí, por lo que era como una copia de Simón, que fue un gran jardinero central. Así fue como yo creé esa habilidad y no se la enseño a nadie tampoco como entrenador, pero bueno, son habilidades propias de uno. A veces por situaciones que uno no quisiera tener, una lesión u otra cosa, aplica variantes precisamente para poder jugar y hacer las cosas bien.

Un jugador rápido en el corrido de las bases, uno con gran poder en sus muñecas y otro con mucha disciplina en el plato. ¿Cuáles serían sus elegidos?

-Son muchos los jugadores que pudiera escoger con esas características. Pero te lo voy a resumir en uno que abarca todas esas cualidades, se llama Omar Linares. Ese para mí es el jugador más completo de la pelota cubana. Los hay que tienen lo suyo, pero Linares era un pelotero integral, sin robar muchas bases, pero era rápido, tenía fuerza, disciplina, lo tenía todo.

A Yasiel Puig se le ha visto morder el bate, romperlos y golpearse la cabeza (casco) con el mismo. Pero al primero que le ví hacer esto último (golpearse la cabeza con el bate) fue a usted. ¿Liberaba presión haciendo esto o simplemente era un momento de furia o rabia?

-La manera de actuar de uno en el home plate, las manías que se van cogiendo, eso nace, cada uno tiene su forma de expresarlo. En el caso mío de golpearme con el bate no era presión. Con toda la modestia del mundo te digo que no jugaba con presión, a mí no me presionaba nadie. La única presión que yo podía tener era en el equipo Cuba si me sentaban, sentado en el banco, porque lo mío era jugar. Cuando me sacaban  a jugar demostraba que no me presionaba nada ni nadie.

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»Yo me daba en el casco y en el pecho muchas veces cuando me lanzaban un strike y yo no le tiraba, cuando fallaba un swing ante un envío bueno para dar un batazo. Esas eran mis maneras de buscar un poco de concentración a la hora de batear, no era presión, era buscar concentración ante los lanzamientos del pitcher. Cuando fallaba un swing me pasaba eso, era la forma de castigarme yo mismo por haber fallado.

»Ahora cualquiera falla un swing o se poncha y hasta se ríen, no debería ser, al público no le gusta. Cuando yo fallaba dos o tres turnos y llegaba a la casa a mí no me hablaba nadie, porque sabían como yo me sentía. Creo que era mi manera de ver y prepararme para el próximo juego por las cosas malas que habían pasado en el juego anterior.

¿Alguna acción negativa hacia su persona que recuerde con desagrado?

-La acción negativa que hicieron conmigo, que hasta hoy la siento. ¡Y mira que hace años de eso! Fue cuando me dejaron fuera del equipo Cuba sin darme explicaciones. Yo había sido el champion bate el año anterior en el mundial de Nicaragua. Aún está vigente el récord de bateo que implanté. Siendo seleccionado en el equipo Todos Estrellas de los Panamericanos de Mar del Plata, llegamos a Cuba y me dejaron fuera del equipo. Estaba bateando por encima de .350. y llevaron dos atletas por mí. Esa fue la decepción más grande que tuve y realmente ese fue el final de mi carrera prácticamente, aunque solo tenía 32 años de edad.

Un lanzador y un bateador para un juego o momento crucial. ¿Cuáles serían?

-Hay situaciones del juego en las que todo el mundo no tiene el temperamento para enfrentarlas. En el equipo nacional no teníamos esa posibilidad porque casi siempre ganábamos por nocao. Solamente en el juego aquel del mundial de 1988 contra los americanos tuvimos esa situación. Te voy a mencionar algunos, serían unos cuantos los que yo quisiera tener en mi equipo en un momento de esos. Te puedo decir Linares, Pacheco, Kindelán, Lourdes Gurriel, son gente que aparecían en los momentos cruciales del juego. Que me disculpen algunos que no menciono, porque todos hacíamos por el equipo.

»Siempre tuvimos alguna situación importante en un juego y si no cumplía uno lo hacía el otro. Uno no puede ser siempre perfecto. Mira, a mí me tocó decidir el juego anterior al que decidió Lourdes, decidí el juego de 12 innings contra Japón. Salí a fildear en el inning 11 y luego me tocó batear y decidí el juego con hit. Si no hubiera dado el hit, no habría final, ni Lourdes hubiera decidido el juego contra los americanos con jonrón. Vargas también fue el que empató aquel juego final. Quiero decir con esto que son muchos los peloteros oportunos. De los lanzadores, estaba Tati Valdés, Lázaro Valle, muchos pitchers también.

¿El mejor momento de su carrera deportiva?

-El mejor momento de mi carrera en el béisbol, bueno, tengo algunos. Una fue la que te conté anteriormente que quedé líder de los bateadores, implanté récord de bateo. Pero mi mayor satisfacción en un momento dado fue en los Panamericanos de 1991 en La Habana. Aún cuando yo no jugué como regular, dí como siete jonrones y en aquel último juego fue la pasión, me fuí de 6-6, con tres cuadrangulares. Eso fue muy emocionante e importante en mi carrera deportiva.

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No poseías un físico impresionante, pero eras capaz de pegarle a la esférica como un gran slugger. ¿Hacías algún ejercicio en específico o simplemente era fuerza natural?

-Yo diría que mi fuerza era natural, sinceramente ni yo sé de dónde la saqué. Esa misma pregunta me la hizo Fidel Castro y yo no supe ni contestarla. Ahora te lo digo también a tí, porque a mí no me gustaban las pesas, yo veía que todos se ponían a hacer pesas y yo no era amante de las pesas, solamente hacía algo con los dumbbells. Yo le hacía swing a la pelota y a veces miraba como se iba, era natural.

»Sí te voy a decir que nunca me amilané por mi tamaño ni nada de eso. Podían dar un jonrón Kindelán o Lourdes y yo sabía que podía darlo también. Yo tenía una fuerza de corazón y de voluntad, enorme. Siempre decía que no me medía de los pies a la cabeza, sino de la cabeza al cielo. Esas cosas me ayudaron mucho para mi desarrollo en el béisbol. Fueron muy pocas las personas que creyeron en mí.

¿El juego más memorable y el más decepcionante de su carrera?

-Cómo bien sabes mi equipo era Las Tunas y la mayoría de los juegos eran decepcionantes. Imagínate, nosotros no éramos un equipo ganador y todos sabían por qué. Ya con el equipo Cuba la felicidad era enorme porque los juegos eran muy agradables. Aquellos juegos y ese equipo fueron memorables. Porque en más de 130 partidos nunca perdimos oficialmente en torneos internacionales. Esa es una gran felicidad que tengo yo y todos mis compañeros, los que están aquí y los que están allá. No importa donde estén, pero jugaron en aquel equipo y deben sentirse orgullosos también.

¿Tiene algún pasatiempo favorito fuera del béisbol?

-Mi mayor pasatiempo aparte del béisbol, si te lo digo, quizás ni me lo crean. Es ponerme a pasarle la mano al carrito que lo tengo ya viejito y «desbaratadito». Me paso el día «mecaniqueando», no hago casi más nada. Si te soy sincero, no voy casi nunca a los estadios cuando no estoy en esas funciones. Es que ya eso me pone mal, si veo que le hacen un lanzamiento cerrado a un bateador, yo hago el gesto como si estuviera jugando. Si veo a un fildeador, me parece que soy yo el que está fildeando o si veo un corredor de segunda para el home, me creo que soy yo el que va a tirar para sacarlo. Son cosas que uno lo lleva dentro, como decimos, el béisbol en la sangre. A pesar de tener ya cierta edad, uno revive esos momentos y a veces es bueno, pero en oportunidades me pongo muy tenso porque pienso que estoy activo todavía

Unas palabras a todos los cubanos que lo admiran y se encuentran hoy dentro o fuera de la isla.

-Mira, a todos los cubanos, niños, jóvenes, ancianos, a todos les mando un gran abrazo y un gran saludo de mi parte. A todos los que están en Cuba y fuera ella también, no tengo por qué no enviarles un gran abrazo y saludos. No importa como uno piense, sobre la base del respeto todos podemos ser amigos. Estando allá o acá, donde quiera, al final del túnel seguiremos siendo cubanos, dónde quiera que nos encontremos. Así que abrazos y saludos para toda la afición cubana que está dentro y fuera del país.

-¡Ah! Una cosa que puedes agregar es que me gusta esa idea de que vuelva la Selectiva. Te digo porque yo las jugué. Eso que dicen algunos que los peloteros no querían jugar la Selectiva, no es cierto. Yo las jugué muchos años, los que jugaron con Orientales y Mineros saben que la Selectiva la querían todos. Cualquier provincia que le dieran la sede, la atendía y el público iba a los estadios. A la afición le gusta ver béisbol bueno y la Selectiva tenía esto, era un gran medidor para los atletas que podían hacer la preselección nacional. Yo decía que el que no bateara en la Selectiva, no podía hacerlo fuera del país. Así que le doy la bienvenida y todo el apoyo moral para que se dé una Selectiva de calidad. Siempre que los atletas conozcan sus funciones y sepan defender sus camisetas, sin importar el equipo que sea.

Gracias a ustedes y saludos a todos.

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