Eriel Sánchez: el principal enemigo de la libertad de Pedro Álvarez

Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com En cuestión de unas semanas Eriel Sánchez se ha convertido en uno de los personajes del béisbol cubano más controvertidos y por qué no, hasta odiados. Todo debido a ciertas declaraciones en las que ha mostrado altanería, servilismo y hasta un poco de contradicción. “El patriota” pasó a la historia […]

Por Swing Completo / contacto@swingcompleto.com

En cuestión de unas semanas Eriel Sánchez se ha convertido en uno de los personajes del béisbol cubano más controvertidos y por qué no, hasta odiados. Todo debido a ciertas declaraciones en las que ha mostrado altanería, servilismo y hasta un poco de contradicción.

“El patriota” pasó a la historia como el director al que más deportistas se la han quedado en un evento internacionales con los doce fugados en el Mundial sub-23. Lo peor del caso es que lo sucedido en la cita mexicana fue después de su famosa frase en la que justificaba las ausencias de los lanzadores Yunior Tur y Yosimar Cousín por falta de disciplina y patriotismo.

Pero eso es lo que la mayoría ha visto, leído o escuchado de Eriel por las redes sociales y la prensa oficial. Lo más desconocido es que el hombre natural de Fomento, campeón olímpico en Atenas 2004, tiene una personalidad bastante fuerte que le van sumando cada vez más gente en contra entre los que han pasado por su dirección como atletas y hasta como entrenadores.

Uno de ellos ha sido su coterráneo Pedro Álvarez, lanzadores de puntería de los Gallos, quien manifestó a la periodista Elsa Ramos que no solo se había apartado del equipo por diferencias con la dirección, sino que no volvería a ponerse el traje de su provincia de origen mientras no cambiaran ciertas cosas y no hace falta ahondar más en cuál es una de las principales.

Y es precisamente Sánchez quien más ha estado bloqueando la salida del talentoso monticulista hacia la capital cubana después de recibir la invitación para integrarse a las filas de Industriales. Cuestión que de momento parece imposible en los próximos dos años según comunicó la propia provincia.

Tres fuentes distintas, una vinculada directamente con el INDER de La Habana, otra cercana al propio lanzador y una tercera llegada desde un colega respetado dentro de la prensa espirituana, coinciden en que el polémico estratega está presionando fuertemente a la Dirección de Deportes de su territorio para que no permitan este traspaso.

Ahora mismo Eriel está cerrado por completo a permitir que su exdiscípulo se vaya para otra parte que no sea Sancti Spíritus y esa posición la ha defendido a capa espada con los funcionarios que dirigen el deporte y el béisbol en el territorio central. Se la cogido bien personal, sobre todo por lo expresado por Pedro donde dejaba por sentado sus diferencias con el cuerpo de dirección de los Gallos encabezado por él.

Las autoridades capitalinas siguen gestionando por todas las vías posibles que no bloqueen la salida de Álvarez. De hacerlo prácticamente lo obligarían a perder dos años de su carrera deportiva por la ley que quieren aplicar en su contra de todas todas.

Aquí existe una realidad y es que a él le había sido aprobada la baja desde hace meses después que no le permitieron una licencia temporal para terminar de arreglar su casa. Como estaba desvinculado como atleta activo no habían reparado en su figura hasta que llegó el interés de los directivos capitalinos para que retornara a la Serie Nacional.

Fue así que volvió súbitamente el interés por Pedrito dentro de directivos espirituanos y el manager de los Gallos, a quienes ahora mismo les importa poco si el muchacho juega o no. En este minuto se trata de que no lo haga con nadie más, porque si no es capaz de adaptarse a la dirección de su equipo original vale más que se retire prematuramente a que no esté en el bando contrario. Algo así como que, si no estás conmigo, aunque sea obligado y a expesas de un problema de disciplina interna, no vas a estar con nadie más. Como si Eriel y el resto fueran los amos y señores de los jugadores espirituanos.

La posición del exreceptor yayabero es completamente criticable y vergonzosa, y solo contribuye a empeorar todavía más una imagen que de por sí ya estaba deteriorada con sus declaraciones y algunos pasajes que se han ido filtrando poco a poco en los que salen a relucir su mala forma y falta de profesionalidad.

En medio de la grave situación que afronta el béisbol cubano con el brutal número de bajas de cara a la próxima Serie Nacional, la Dirección Nacional de la disciplina no puede desentenderse de este problema. Pedro Álvarez es uno de los pocos lanzadores que queda con talento y permitir que se le prive su deseo de jugar en otro equipo por desavenencias con la dirección, más que crear un precedente porque ya ha habido muchísimos, sería echarle más leña al fuego. Un fuego que ha estado alimentándose este año con todo tipo de ingredientes, con Cousín como el más reciente. Claro que muchos dirán que al tigre no le interesa que le apunten una raya más.

Las comisiones provinciales y el INDER de cada territorio tienen el derecho a ciertas libertades, pero están en el deber de respetar también a sus atletas porque no son mercancías ni sus esclavos.  Y cuando las cosas están a punto de extralimitarse y traer peores consecuencias toca entonces a las autoridades nacionales jugar el papel protagónico, justo e imparcial.

Ojalá y la procedencia espirituana del vicepresidente de la FCB Yovani Aragón, junto a sus lazos con Eriel Sánchez no permita que como de costumbre, la soga se rompa por el lado más frágil, y finalmente se de marcha atrás a la negativa de irse de Sancti Spíritus a Pedro Álvarez y así no tenga que dejar de hacer lo que más le gusta y a lo que siempre se ha dedicado.

Ahora están en juego los derechos y las libertades de una persona con argumentos que pasan por encima del capricho y el despecho de unos jefes resentidos e insensibles. Y con estos truenos y los del mundial sub-23 todavía ratificaron a Eriel como manager de los Panamericanos Juveniles de Cali. Con razón estamos como estamos… y lo que lo falta.